Ingredientes (para 4 personas):
300 g de harina
250 cc de leche (un vaso)
3 huevos
350 g de queso emmental
2 cebollas
aceite, sal, pimienta negra, nuez moscada
Preparación:
Se pica la cebolla y se pone a dorar en una sartén con un poco de aceite. A la vez vamos calentando agua con sal una olla y preparando la pasta. Para ello echamos en un bol la harina, los huevos, la leche, una pizca de nuez moscada y un poco de pimienta negra molida que mezclaremos hasta conseguir una masa homogénea no muy consistente. Cuando el agua rompa a hervir se va pasando la pasta por una especie de rallador con agujeros grandes y se deja cocer hasta que las bolitas que se van formando suban a la superficie. Una vez arriba se sacan con una espumadera y se ponen en una fuente.
El proceso a seguir a partir de ahora es de lo más sencillo... alternaremos una capa de pasta con otra de queso emmental rallado y un poco de cebolla. El calor irá derritiendo el queso y cuando terminemos estará listo para comer.
Curiosidades y consejos:
El Käsespätzle, según me contó mi amigo, es un tipo de pasta muy popular sobre todo en la zona de Baviera, y más concretamente en el distrito de Allgäu de la región de Suabia. Puede tener forma de bolitas, como las de mi foto, o ser una especie de tallarines. A mí me gusta más la primera opción y, de hecho, es lo que sale con el aparato que yo tengo (podéis ver un modelo igual que el mío en la web de Mercado Libre).
Ellos lo preparan con un queso propio de la zona cuyo nombre nunca recuerdo pero... os aseguro que con el emmental sale igual de rico.
Si no tenéis la especie de rallador creo que podréis hacerlos con un colador o pasa-purés que tenga agujeros anchos.
Si lo vais a comer recién hecho podéis terminar con una capa de queso y ponerlo gratinar un poco en el horno aunque a mí lo que me gusta es dejarlo enfriar y saltearlo todo después en una sartén.