Estos pequeños bocados tienen un contraste delicioso entre la crujiente tartaleta de su base y la suave crema de queso de su interior.
Lo más difícil de este postre es probarlo y comer solo uno, nadie podrá resistirse a repetir!
(Con estás cantidades salen 28 tartaletas, según el tamaño de tartaletas que uses te saldrán más o menos)
Ingredientes:
120 grs. de mantequilla sin sal.8 quesitos (el caserío o similar).
2 huevos L.
60 grs. de azúcar.
Tartaletas de masa quebrada o de hojaldre (32 aproximadamente).
Azúcar glas para espolvorear.
Preparación:
Ponemos un cazo a fuego medio con la mantequilla cortada en dados, cuando se funda, añadimos el azúcar y removemos con unas varillas de manos hasta que se disuelva por completo.Agregamos los quesitos troceados y seguimos cocinando a fuego medio, removiendo continuamente hasta que el queso se funda y nos quede una mezcla fina y sin grumos.
Por último, incorporamos los huevos y removemos continuamente de nuevo, (seguimos cocinando a fuego medio).
La mezcla irá espesando poco a poco, cuando veamos que va a hervir, apagamos el fuego y retiramos.
Vertemos la crema en un bol y cubrimos con papel transparente (film), de forma que esté en contacto con toda la superficie de la crema (así evitaremos que se seque la parte superior), dejamos enfriar por completo a temperatura ambiente.
Una vez la crema haya enfriado la metemos en una manga pastelera y rellenamos las tartaletas.
Cuando las tengamos todas rellenas las colocamos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y metemos en el horno precalentado a 180° grados, 12 minutos aproximadamente.
(Encenderemos solo la parte de arriba del horno, ya que solo hay que gratinarlas).
Estarán listas cuando veamos que cogen un ligero color dorado.
Sacamos del horno, las ponemos sobre una rejilla y las dejamos enfriar por completo.
Una vez frías las espolvoreamos con azúcar glas.