Este fin de semana hemos celebrado el cumpleaños de mi padre. Y, aunque en la foto parezca una tarta femenina por la decoración que le he puesto, la verdad es que esta tarta ha sido con la que hemos celebrado su cumpleaños. Y ya van 67. Este año mas o menos no me ha costado mucho elegir su tarta, puesto que él es amante del merengue, como pudisteis comprobar con su tarta de yema tostada y merengue del año pasado, y además toma helado todos los días del año .... mis hijos le regañan y le dicen al abuelo que no coma helado, que hace mucho frío. Pero él insiste en que es su postre favorito, por lo que me acordé de la tarta Alaska que hace años vi por primera vez en algunos blogs y he hecho mi versión de la misma. Pensé en hacer el helado casero, pero al final, decidí comprarlo y abreviar un poco en la elaboración, hay veces que trabajar más no compensa. Lleva helado de turrón y de nata (crema de leche), en capas, la base es de bizcocho genovés y la cobertura de merengue quemado con soplete.
He hecho una tarta grande para el cumple y una pequeña para poder enseñaros el corte. La tarta se puede hacer con distintas formas, de hecho la he visto en muchas ocasiones en bloques de helado tipo Comtessa. Pero yo la he hecho en un bol de cristal (bueno en dos, uno grande y otro pequeño). El único inconveniente que tiene esta tarta es que hay que ponerle el merengue casi a la hora de servirla, puesto que si no, y en verano más, el helado se derrite. Yo la hice justo antes de comer y la metí en el congelador durante una hora. En ese tiempo el merengue no se estropea y el helado sigue congelado, por lo que no se le causa ningún perjuicio a la tarta ya terminada. Sacaremos diez minutos antes de servir.
INGREDIENTES (Para la tarta grande, para un bol de 20 cm de diámetro en su parte de arriba.):
Para la base del bizcocho genovés:
2 huevos
60 gr. de azúcar
Medios cucharadita de esencia de vainilla
60 gr. de harina de repostería
Para el relleno de la tarta:
750 g. de helado de nata (crema de leche)
1200 gr. de helado de turrón
Para el merengue italiano:
250 gr. de azúcar
125 gr. de clara de huevo
100 gr. de agua
Unas gotas de zumo de limón
PREPARACIÓN:
Lo primero que haremos será hacer el bizcocho genovés. Para ello separamos las claras de las yemas. Montamos con una batidora de varillas las yemas con el azúcar hasta que se vuelvan espumosas. Reservamos. Montamos las claras también con la batidora de varillas hasta conseguir el punto de nieve. Tamizamos la harina y añadimos con movimientos envolventes a la mezcla de yemas y azúcar. Por último, también con la ayuda de una espátula, añadimos las claras montadas con movimientos envolventes. Engrasamos un molde de 22 cm. de diámetro y vertemos la mezcla. Horneamos a 180º durante unos 20 minutos o hasta que al pinchar con la brocheta ésta salga limpia. Dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
Mientras se enfría el bizcocho vamos preparando la tarta. Cogemos el bol y forramos con papel film, cortado en dos láminas independientes, que cubran totalmente el molde y que sobresalgan por arriba, para desmoldar después con facilidad. El helado tiene que estar cremoso, por lo que sacaremos unos minutos antes del frigorífico, primero el de turrón y batimos la mitad de la cantidad que os he puesto en los ingredientes. Batiremos con la pala plana de la amasadora, si la tenemos o con un cuchara. Vertemos esta primera capa dentro del molde y extendemos con una espátula pequeña hasta dejar liso. Metemos en el congelador y esperamos hasta endurezca de nuevo y podamos añadir la segunda capa.
Sacamos el helado de nata (crema de leche) y removemos hasta que esté cremoso. Sacamos el molde del congelador y vertemos la capa de nata (crema de leche) sobre la primera capa de helado de turrón que ya estará dura. Volvemos a meter en el congelador para que esta segunda capa se ponga dura. Una vez que esté dura esta segunda capa sacamos el helado de turrón que nos falta, lo batimos para ponerlo cremoso y añadimos esta ultima capa sobre la de nata (crema de leche) que ya estará dura.
El bizcocho ya estará frío. Si viene grande cortaremos hasta adaptar al molde, y metemos dentro del bol, encima de la última capa de helado. Tapamos con el mismo papel film sobresalga del bol e introducimos en el congelador hasta que vayamos a servirla. Yo la hice con dos días de antelación. En el congelador no le pasa nada, por eso podéis adelantar el trabajo y hacerlo unos días antes.
El día que la vayamos a tomar es cuando hacemos el merengue. He seguido la misma receta que os puse el año pasado en la tarta de yema tostada y merengue de la que os he dejado el enlace arriba. Es una receta infalible, necesitamos un termómetro para controlar la temperatura del almíbar y una amasadora con varias velocidades. Se trata del merengue italiano, si no tenéis termómetro tendréis que conseguir el punto de bola del almíbar, que podréis comprobar metiendo los dedos en agua y cogiendo con poco con los dedos y viendo que se hace una bola blanda. Otra de las claves para conseguir este merengue es las velocidades de la batidora. Si no tiene tantas velocidades vuestra amasadora tendréis que ir adaptando. Os lo pongo con las velocidades de la Kitchen Aid. Ponemos el agua y el azúcar el cazo al fuego, mezclamos y llevamos a ebullición. Ponemos las claras en el bol de la amasadora con el globo de batir, cuando la temperatura del almíbar llegue a 110º, ponemos en marcha la batidora con velocidad 8. Cuando la temperatura llegue a 119º, apartamos del fuego y vertemos en un chorrito fino sobre las claras con la máquina en velocidad 6. Cuando hayamos vertido todo el almíbar seguimos batiendo a velocidad 4 hasta que el bol esté completamente frío. Cuando ya casi esté, añadimos un poco de zumo de limón que hará que el merengue esté más blanco y brillante. Una vez frío podemos seguir batiendo a velocidad 2 hasta hasta que lo vayamos a utilizar para que no endurezca la cobertura. Una vez listo el merengue, desmoldamos la tarta, la ponemos en un plato de servir, y con la ayuda de una espátula vamos cubriendo totalmente tarta con el merengue, dejando picos para hacerla mas bonita. Una vez cubierta quemamos un poco el merengue con la ayuda del soplete, para darle un efecto más bonito. Servimos.
Espero que os haya gustado la tarta. A nosotros nos ha gustado muchísimo, tanto en su estética como en sabor. Ni que decir tiene que podéis ponerle los sabores de los helados que más os gusten. Yo no le he puesto ninguna capa de chocolate porque a mi padre no le gusta, pero me hubiese encantado hacerla de vainilla, chocolate y nata (crema de leche).
Feliz Lunes.
Lidia.