Dedicación: 15. minutos
Enfriado: 2. horas a temperatura ambiente
Cantidad: 10 – 12 personas.
Ingredientes
Para un molde desmontable de 20 cm:150 g almendra molida
6 – 7 rodajas de piña en su jugo
4 huevos talla L
150 g azúcar
50 g harina
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Preparación
Comenzamos quitando los huevos del frigorífico ya que deben estar a temperatura ambiente. Forramos la base del molde con papel del horno y engrasamos el lateral con mantequilla.Caramelizar la piña. El primer paso es opcional, aunque a mí me gusta el sabor que le aporta. Se trata hacer caramelizar 3 rodajas de piña en una cucharada de azúcar. Calentamos en una sartén la piña sobre una cucharada de azúcar. Lo haremos a fuego alto, hasta que tome un color dorado. Apagamos, las repartimos por el fondo del molde y reservamos. Una vez que hemos caramelizado 3 rodajas de piña, cortamos las otras rodajas en tacos pequeños. Ponemos a precalentar el horno a 180º C = 350º F.
Cuerpo de la tarta. Separamos las claras de las yemas en dos boles. Batimos las claras hasta que tripliquen su volumen y vamos añadiendo la mitad del azúcar, poco a poco, y sin parar de batir. Cuando el merengue esté compacto y forme picos firmes, quiere decir que ya está listo. Añadimos el resto del azúcar a las yemas y las batimos hasta que dupliquen su volumen. Tamizamos la harina y removemos hasta que se integre. Añadimos la piña troceada y la mitad de la almendra molida y removemos hasta integrarlas. Vertemos la mitad de las claras montadas, removemos con movimientos suaves y envolventes. Añadimos el resto de la almendra, removiendo hasta integrarla y finalizamos añadiendo el resto de las claras y removiendo hasta que se integren, siempre con movimientos suaves y envolventes.
Vertemos sobre el molde en dos tandas, repartiendo con una cuchara o una espátula para que no queden burbujas de aire. Alisamos la superficie y nos vamos al horno. Horneamos a 180º C durante unos 30 – 35 minutos, con calor arriba y abajo. Una vez horneada, la retiramos y dejamos que el molde se enfríe completamente sobre una rejilla. Este momento es el ideal si queremos aportar un toque extra de jugosidad a la tarta. Para ello repartimos sobre la superficie unos 150 ml del jugo que acompañaba a la piña. Lo haremos poco a poco, dejando que se absorba el primer chorro, antes de añadir más. Una vez fría, la quitamos del molde soltando el aro (notaremos que se ha soltado de los bordes…). Colocamos la fuente en la que vamos a servir sobre el molde, nos aseguramos de que quede centrada y le damos la vuelta. Retiramos con cuidado el fondo del molde y el papel de horno. Decoramos con unas guindas, nata montada (crema de leche), merengue… lo que más nos apetezca y ya está lista para disfrutar.
Tarta de almendra y piña: más opciones
El molde que se utiliza es un molde desmontable de 20 cm de base. Para facilitar el desmoldado, forraremos la base con papel de horno y engrasamos el lateral con un poco de mantequilla.
Los huevos deben estar a temperatura ambiente, para batirlos sin problemas. Si son muy frescos, puedes añadir una pizca de sal, a la hora de batir las claras.
La almendra molida o harina de almendra se puede comprar ya molida o hacerlo nosotros con ayuda de un molinillo y unas almendras tostadas sin piel. También podemos cambiar la almendra por avellanas o incluso nueces…
La almendra molida nos proporciona muchos postres deliciosos. Estos son algunos: Tarta de Santiago, Tarta de almendra y naranja…
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