Comer es un placer y el gusto por la buena mesa empuja a quienes nos gusta la gastronomía a adentrarnos a los fogones y a sumergirnos en las ollas, cazuelas, sartenes y hornos.
Siempre he dicho que cocinar por placer es una de las satisfacciones más gratificantes que existe, no solo para quienes solemos cocinar, sino y sobre todo para aquellas personas para quienes cocinamos; el cocinar por obligación puede ser tedioso, por lo que personalmente considero que nunca debo dejar de aprender, motivarme y ser tenaz en descubrir nuevas recetas; intento hacer de "Mi cocina" un lugar donde alimentar el cuerpo y el espiritu.
Persisto en mi intento con el mundo de los dulces y pasteles , aunque sé que nunca llegaré a dominarlo, no es una duda, es una realidad, me conozco y lo reconozco; pero intentar preparar algunos pasteles para mi es bonito, me apasiona, aunque me requiere un esfuerzo y un tiempo que no puedo dedicarle, no tengo arte para ello, ni mucho menos la técnica, la paciencia que se necesita para tan magnifico fin: la pasteleria.
Soy aprendiz de todo y maestra de nada en el mundo de la gastronomía, pero el blog y las personas que me rodean, me motiva a escribir y fotografiar todo esos intentos por aprender (aunque sea poco) y compartir los resultados, “mis experimentos” con aquell@s que visitan y disfrutan “Mi cocina”.
No es que pueda enseñar mucho, pero sí poco a poco se siguen sumando entradas de lo que voy consiguiendo hacer y disfrutar pasito a pasito del fantástico mundo de la pastelería o mejor dicho, de los postres dulces.
Francamente no es nada dificil ésta forma de preparar una tarta, hace unos dias la hice de chocolate (ver pastel de chocolate 21 cumpleaños), se me ocurrió hacerlo con frutos rojos, que me encantan, siempre suelo tener congelados: fresas, frambuesas, arándanos sobre todo, hoy en día los hay en cualquier gran superficie y de una muy buena calidad, procurando siempre descongelarlos a temperatura ambiente, la próxima será de piña (la hice anoche por cierto, por petición expresa de mi suegra), la siguiente será de..... .
¿Como la hice?
Triturar en la picadora medio paquete de galletas tipo Maria dorada junto con un puñadito de frambuesas previamente descongeladas.
Mezclar con 150 gramos de mantequilla derretida, un chorreoncito de leche hasta conseguir una pasta homogénea.
Engrasar un molde desmoldable pintándolo con mantequilla derretida.
Echar la pasta en el molde procurando que quede bien alineada y recta en la base.
Meter en el horno, previamente calentado a 180º C durante unos cinco minutos para que la pasta se haga como si fuese una especie de bizcocho para conseguir que no se desmorone al cortarla. Sacar del horno.
Mientras, echar en una cacerolita 250 ml. de leche y 250 ml. de nata (crema de leche) (usé nata (crema de leche) ligera especia para cocinar, marca President), diluir un sobre de cuajada en polvo (usé de la marca Royal), dos o tres cucharadas soperas de azúcar blanca y un puñado de frambuesas, batiendo todo el conjunto con la batidora.
Llevar a ebullición sin dejar de remover procurando que no se hagan ni queden grumos y cuidando de que no se pegue al fondo.
Una vez que ha hervido, que la mezcla queda homogénea y una textura condensada, retirar del fuego y volcarla sobre la base de las galletas, en el molde.
Reservar y esperar a que se enfríe a temperatura ambiente para poder meterlo en el frigorífico hasta que se termine de cuajar.
En tres o cuatro horas estará listo, pasado éste tiempo adornar con las frambuesas procurando que sean las más grandes.
Preparar la cobertura de la tarta (suelo comprarla del Lidl, el nombre en el paquete: Cobertura para tartas en polvo) siguiendo las instrucciones del sobre: bien con zumo o agua, se diluye el contenido del sobre con dos cucharadas soperas de azucar, añadir el agua y remover hasta obtener una mezcla homogénea. Lllevar a ebullición sin dejar de remover.
Dejar enfriar un minuto y repartirlo sobre la fruta, esperar unos quince minutos y listo.
¿Y por qué no seguir aprendiendo....y preparar un pastel de manzanas? No podré con éstas, ya que aunque lo parezca no son reales, están en el cuadro "Manzanas rojas" en el comedor de mi casa; por supuesto el cuadro lo pintó por mi suegro.