Los higos vienen a recordarnos que empieza el final de verano, que el otoño esta a la vuelta de la esquina y que la rutina amenaza con volver en breve a instalarse en nuestras vidas.
A lo mejor solo me pasa a mí, pero es algo que me ocurre todos los años cada vez que recojo los higos de mi higuera.
Y no es una cosa que me agobie o me parezca mal, la verdad es que yo amo la rutina, las cosas en su sitio y muy a menudo lo predecible. Así que la vuelta a la normalidad me suele gustar, aunque echo tremendamente de menos el relajo de los meses estivales, y suelo quejarme de lo cansada que estoy con tanta, tantísima actividad...
Tener una higuera es una cosa de una gran responsabilidad, hay que hacer algo con tantísimos higos, mi higuera me reta todos los años, porque no es una higuera comedida, no, cuando se pone a dar higos se pone y acabamos inundados de higos (pero es que su dueña es así, así que de tal palo tal astilla, nunca mejor dicho)
Suelo hacer mermelada, este año hicimos 8k de higos con 4k de azúcar, un par de limones y un para de vainas de vainilla.
He repartido a los amigos (tengo amigos muy felices de que mi higuera de higos sin mesura) y he hecho una Tarta de Higos, queso, nueces y miel que es para morirse, el año pasado hice un Bundt de higos en el que me basé para hacer la tarta de este año y también hice una Tarta de higos y requesón.
Así que este año no he podido resistirme a traeros dos recetas de higos, para que podáis aprovecharlos ahora que además tienen un precio estupendo.
He de confesar que me animé a hacer esta tarta por varios motivos, pero el principal y primordial era porque mi amigo Rolando me regaló higos de su higuera que tienen este maravilloso color, se que para algunos será algo rayano en la locura, hacer un postres solo por la fotogenia de un alimento, y no lo discuto seguramente lo es, pero no lo pude de resistir ¡era superior a mi!
Que yo se que mas de una amiga bloguera le está dando a la cabeza solidarizándose conmigo.
Esta cena la hice hace unas semanas antes de venirme para Gandía a casa de mi santa madre, seguramente fue la última cena del verano en la piscina con amigos.
Como sabía que la tarta de higos y frangipane era demasiado grande para 6 personas, la dividí para llevarle a mi cuñado y sobrino que son unos de mis mas mejores fans, cuanto más dulce mejor, dicen ellos.
Esta tarta es contundente, es decir con un trocito tendrás bastante sobre todo para los que no son de dulce y los que si lo son, seguramente cogerán dos trocitos.
Cuando la probé me gustó mucho, pero me pareció que había demasiada mantequilla en la receta, así que la he rectificado conforme me gusta a mí para que quedara perfecta, porque os digo que es riquísima.
No contribuye mucho a que la tarta no sea contundente el hecho que le pusiera en la base horneada antes de poner el frangipane un capa finita de mermelada de higos, pero claro ya os he dicho que hice una barbaridad de mermelada a de higos y hay que darle salida...jaja.
Fuera de bromas, no ayuda a que sea más ligera la tarta, pero la hace más deliciosa, de todas formas este paso es opcional y lo podéis eliminar.
Para la base he utilizado una masa sablé con almendras y huevo, pero como estoy en Gandia y la receta es de la thermomix no me acordaba exactamente de como la hice, aunque si de los ingredientes y cantidades y buscando en la red me he tropezado con la de mi querida Belen Cupcakes a gogo que es exactamente igual y además tiene la versión con Thermomix y a mano así que miel sobre hojuelas.
Ya es mucha casualidad que me tropezara con la receta de Belén cuando ha sido por fin ayer mismo que he podido verla y abrazarla, después de muchos años intentando coincidir en Valencia.
Deciros que en 7h que estuvimos juntas, no pudimos parar de hablar, atropellándonos la una a la otra, contándonos nuestras vidas y andanzas blogueriles y por supuesto hablando de macarons, ¡¡como no!!
Lo mejor que puedo decir de Belén es que tal cual se muestra en las redes así es ella, no hay nada impostado, así tal cual. Así que si piensas que es maja, simpática y cercana, has dado en el clavo.
INGREDIENTES:
Para la masa sablé:
150gr de harina
100gr de azúcar blanquilla
50gr de almendra molida
80gr de mantequilla
1huevo
Para el frangipane:
80gr de mantequilla
100gr de azúcar blanquilla
1 huevo batido
8/10 higos dependiendo del tamaño
Para la mermelada de higos:
1/2 kilo de higos
250 gr de azúcar blanquilla
El zumo de un limón
1vaina de vainilla.
ELABORACIÓN:
De la mermelada de higos:
Comenzamos quitando el pedúnculo a los higos y la base de los mismos (el culete vamos), yo no suelo pelar los higos para mermlada, se lavan bien y se pueden usar así para la meremlada, es fibra que nos va genial y aporta densidad a la mermelada. Pero si quieres pelarlos puedes, también es verdad que mis higos tienen una piel muy fina nada basta.
Ponemos en una olla alta los higos junto con el azúcar el zumo de limón y la vaina de vainilla abierta para que suelte sus semillas.
La ponemos a fuego moderado hasta que veamos que los higos casi se han desecho, está bastante espesa y hacer burbujas de las de plof (¡¡vaya ejemplo!!).
Trituramos con la minipimer y ponemos en un plato un poco, pasamos un dedo con cuidado de no quemarnos haciendo una raya separando la mermelada, si vemos que no se juntan es que ya está.
De la masa sablé:
Si utilizamos la Thermomix ponemos todos los ingredientes en el vaso y programamos a velocidad 6 15 segundos, sacamos y amasamos un poquito más, pero sin excedernos que no queremos calentar la masa.
Si la hacemos con un robot de cocina tipo KA ponemos todos los ingredientes menos el huevo y mezclamos con el accesorio pala, por ultimos añadimos el huevo, solo hasta integrar.
Hacemos una bola y envolvemos en plástico alimentario, reservamos en el frigo entre media hora y una hora. También puedes congelar la masa y ya la tienes hecha para cuando te venga bien.
Pasado este tiempo precalentamos el horno a 170grados. Yo he elegido un molde alargado de unos 33cm x 15, peor seguramente en un molde redondo de 23cm te irá perfecto también, engrasa el molde antes de poner la masa dentro de él.
Sacamos la masa del frigo y la estiramos con la ayuda de un rodillo y entre dos papeles de horno, es una masa frágil que tenderá a romperse o quebrarse, no pasa nada en el molde la puedes unir con los dedos.
Pinchamos la masa con la ayuda de un tenedor, pincelamos con huevo toda la superficie y horneamos durante 20minutos.
Sacamos del horno con mucho cuidado, un roce con la manopla de horno puede romperla, que tampoco pasa nada.
Dejamos enfriar, cuando lo haga extendemos una capa finita de mermelada y reservamos mientras hacemos el frangipane.
Del frangipane:
Batimos la mantequilla y el azúcar hasta que esponje, añadimos poco a poco el huevo batido y por último las almendras molidas hasta que esté integradas.
Extendemos la masa sobre la masa sablé untada con mermelada.
cortamos los higos y los disponemos sobre el frangipane de la manera que más nos guste, no hace falta presionarlos sobre la masa porque ellos solitos se hundirán un poquito al hornear y queda más bonito que se vea ese color rojito de los higos, recordad que esa es la razón por la que henos hecho la tarta...
Horneamos a 170 grados durante unos 20/25 minutos o hasta que se vea dorada.
Dejamos enfriar sobre una rejilla y desmoldadnos.
Ya solo nos queda disfrutar de esta maravilla.
Podéis dejarme vuestras dudas aquí o en alguna de mis redes FB o IG
Como siempre os dejo con el verdadero pedacito de cielo:
"Adquiere la verdad y nunca la vendas, consigue también la sabiduría, disciplina y buen juicio."
Proverbios 23:23