Lluvia, nieve, viento… ¿Cuántos días llevamos así? Vale, puede que poco, pero a mí se me hacen eternos. No tengo problemas con el frío, pero la lluvia me gusta verla mejor desde la ventana y un fin de semana. Así que para levantar mi ánimo he decidido hacer una Cheesecake, una receta de esas que yo llamo “Americanadas”.
Puede que sea una de las recetas de tarta de queso que más tardas en hacer, pero para mi gusto, a la vez, es la más rica de todas. Muchos la denominan como la autentica Cheesecake New York. Sea como fuere, lo cierto es que seguro que hay alguien en Sevilla que me está odiando mucho por hacer esta tarta sin él, ya que es su preferida, en todas sus modalidades.
INGREDIENTES:
250g de galletas (un paquete de galletas).
100g de mantequilla.
30g de harina.
200ml de nata (crema de leche).
Un zumo de medio limón.
Una cucharada de esencia de vainilla.
750g de queso para untar.
250g de azúcar.
4 huevos.
100ml de leche.
1º. Lo primero que tenemos que hacer es crear la crema agria y se consigue mezclando la nata (crema de leche) con el zumo de limón. Lo que conseguimos es como cortar la nata (crema de leche) y que esta se espese. La dejaremos reposar en la nevera y mientras hacemos la base de la tarta. Esta la haremos mezclando las galletas trituradas con la mantequilla en el mismo molde en el que hagamos la tarta. Así crearemos una base firme y compacta que aguante la mezcla.
2º. A continuación, pasaremos a unir el resto de ingredientes. Por un lado, empezaremos con la nata (crema de leche) agria, la harina y la esencia de vainilla y por otro, el queso con el azúcar, los huevos (que los iremos vertiendo de uno en uno) y la leche. Finalmente, unimos ambas mezclas.
3º. Luego echamos todo en el molde con la base de galleta y le propiciamos un par de golpes secos para que si hay aire dentro, salga sin problemas. Después lo cocinamos en el horno a 170º durante unos 40 o 50 minutos, pero ya sabéis que el tiempo puede variar, así que os aconsejo que vayáis comprobando con un cuchillo o un pincho de metal cuando esté hecha. Es decir, que al pinchar la tarta, el cuchillo salga completamente limpio.
4º. No obstante, aunque esté hecha, dejadla reposar en el horno caliente durante unas horas. De tal forma que termine tornándose de un color más oscuro y se termine de hacer por completo. Además, así evitamos que nos salgan grietas.
Finalmente y si queréis, podéis verter algún tipo de mermelada. Sin embargo, esta receta tan americana no contempla la mermelada, por eso, yo no la he puesto. Además, a mí resulta mucho más rica e intensa sin ella.
El resultado es una tarta de queso, pero con la esponjosidad de un bizcocho y el crujiente de las galletas. Dulce, pero con ese toque agrio del limón. Sinceramente, por su sabor, parece una tarta hecha por un repostero profesional, os la recomiendo cien por cien.
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