Por propia experiencia, he llegado a la conclusión de que una caminata diaria no sólo es una excelente alternativa para las personas que no vamos a un gimnasio, o como a mi no les gusta estar corriendo por la calle para hacer ejercicio, aunque el ritmo de vida actual, no nos ayude a mantener la costumbre de andar cada día.
Sólo basta caminar, hacerlo es fácil, sólo hace falta establecer una rútina, voluntad y ganas, no se necesita preparación como otras disciplinas que requiere un entrenamiento previo para fortalecer ciertos músculos, es económico, no hay que invertir en “clases”, ni siquiera hace falta tener una indumentaria especial, es una actividad que genera muy poco riesgo, cualquier persona de cualquier edad puede hacerlo sin necesidad de hacer un ejercicio fuerte, no requiere un gran esfuerzo, aunque la clave está en la continuidad.
Aunque se trata de una actividad deportiva que muchas personas pasan por alto, los médicos hoy en día aconsejan caminar a un ritmo de tres a cinco kilómetros por hora en forma continúa durante 45 minutos, siendo beneficioso para el organismo: el corazón, los pulmones, ayuda a controlar el peso, prevenir diabetes, depresión y un largo etcétera; dicen que caminar trae paz al espíritu y así lo siento.
Hace ya cinco meses que camino a diario, cinco kilómetros en cuarenta minutos, me ayuda la perseverancia y la ilusión de hacerlo en buena compañía (mi marido), el hecho de contar en Málaga con larguísimos y preciosos paseos marítimos, la visión y el olor del mar, los paisajes malagueños y el buen clima, un cúmulo de circunstancia que hacen del ejercicio diario un verdadero placer.
Aunque si sigo preparando bizcochos y pasteles no tendré más remedio que ir alargando mis caminatas.
Ayer preparé y pude saborear ésta tarta de queso con frutos rojos....
¿Cómo la hice?
Triturar en el robot de cocina 120 gramos de galletas tipo Maria.
Mezclar las galletas con 60 gramos de mantequilla en pomada.
Con la masa resultante “forrar” un molde desmontable de unos 20 cmts.. Reservar.
Precalentar el horno a 180º C.
Poner en el baso de la batidora 100 gramos de azúcar, la ralladura de medio limón, una cucharada sopera de zumo de limón, una tarrina de queso de untar y dos huevos.
Echar la mezcla sobre la base de galletas y hornear unos cuarenta minutos aproximadamente (depende del horno).
Mientras, en una cacerolita con un poco de agua, poner los frutos rojos (los compré congelados) descongelados con dos cucharadas soperas de azúcar morena y llevar a ebullición durante unos cinco minutos.
Diluir una cucharada de maizena en un vaso pequeño de ron añejo y agregar a los frutos rojos, remover hasta que espese.
Triturar, colar y dejar enfriar.
Dejar entibiar y verter sobre la tarta.
Esperar a que se enfríe para desmoldar.
¿ Apetece un trozo ?