Recuerdo que cuando era niña se podían recoger moras silvestres en el campo, no existían los centros comerciales y los domingos se solía "salir al campo" para que los niños pudiésemos desfogarnos un poco. Por entonces, era bastante corriente toparte con zarzas cargadas de moras y era toda una fiesta el recoger estas sorprendentes bayas que, cuando estaban en su grado óptimo de madurez, estaban la mar de buenas.
Pero esta imagen siempre se me forma en época de verano, con los calores. No sé, hace ya tantos años que no he vuelto a ver zarzamoras en el campo, que a lo mejor estoy confundida.
La cosa es que ahora, y ahora, el momento en que estoy escribiendo esta entrada en el blog, es Febrero, puedes encontrar moras en el supermercado.
Ciertamente, desconozco la procedencia, no sé si en la actualidad se cultivan también en invernaderos de plástico y gracias a ello podemos disponer de ellas a lo largo de todo el año y no solo durante su temporada natural. Pero, en cualquier caso, creo que es agradable poder hacer una tarta de queso como la protagonista del post de hoy, siempre que te apetezca y no exclusivamente en el mes de agosto, que probablemente no te apetezca encender el horno.
La tarta ha salido con un suave y delicioso sabor a limón, que combina a la perfección con el sabor de las moras. El resultado es muy refrescante y os animo a que la probeis. Y si lees esta receta en pleno estío y la mera idea de poner en marcha el horno te produce un repelús, no olvides que el microondas es tu mejor aliado si eres un amante de las tartas de queso.
Ingredientes:
para la base de galleta:
220 gr. de galletas tipo Digestive
50 gr. de copos de avena molidos, o harina de avena
70 gr. de mantequilla
20 gr. de pepitas de chocolate
1 cucharada de cacao en polvo
tarta de queso:
200 gr. de requesón
370 gr. de queso crema, tipo Philadelphia
150 gr. de azúcar
3 huevos
1 limón
2 cucharadas de maicena
200 ml. de nata (crema de leche) (materia grasa 35%)
100 ml. de leche
glaseado:
700 gr. de mermelada de moras
2 hojas de gelatina
moras para decorar
Elaboración:
Vamos a hacer la base de galleta con un sabor que nos recuerde a las cookies de avena con chocolate. Para ello molemos los copos de avena en un robot de cocina hasta convertirlos en harina. Añadimos las galletas, el cacao en polvo y las pepitas de chocolate y lo trituramos todo.
Calentamos la mantequilla en el microondas unos segundos y lo unimos a las galletas. Ponemos esta masa en el fondo de un molde desmontable (de 18cm x 27cm) con el fondo cubierto de papel de hornear. Lo apretamos bien con el dorso de una cuchara hasta que quede compacto.
En una batidora o robot de cocina, echamos el queso, los huevos, el azúcar, la maicena, la ralladura de limón, el zumo del limón, la leche y la nata (crema de leche). Lo batimos todo, pero sin insistir demasiado, para no meter aire a la mezcla.
Volcamos el batido encima de nuestra costra de galletas y horneamos a 160º durante 45 minutos. Dejamos enfriar la tarta dentro del horno, con la puerta cerrada, durante 1 hora.
Preparamos el glaseado poniendo a hidratar la gelatina.
Calentamos la mermelada en el microondas. Podemos colarla por un tamiz, para quitarle todas las pepitas (esto ya es a gusto de cada cual). Yo prefiero colarla.
Estrujamos las hojas de gelatina y las disolvemos en un par de cucharadas de agua caliente y la juntamos con la mermelada. Cubrimos la tarta y la guardamos en la nevera unas horas.