Quizás sea una de las tartas de queso más famosas de Internet y de San Sebastián. El Bar Restaurante la Viña es uno de los restaurantes más famosos del casco histórico por sus pinchos tradicionales y por esta tarta que está considerada como una de las diez mejores tartas de queso de toda España.
Se trata de una tarta de queso en estado puro, la tarta de queso por excelencia, sin base, sin cobertura, sólo tarta de queso. Su aspecto rústico no evoca a esas tartas perfectas de queso que podemos ver en muchas pastelería o blogs de cocina, pero, sin lugar a dudas, ahí reside el encanto de esta tarta, porque su sabor supera con creces todo tipo de florituras de otras tartas.
Podéis ver la receta en múltiples blogs de cocina, incluso hay algún vídeo donde la prepararan en el mismo restaurante, la esencia es la misma. Yo he preparado la mitad de la receta, pero si es para llevarla a alguna reunión os recomiendo que la hagáis en el tamaño original, el que lleva un kilo de queso.
INGREDIENTES:
500 gr. de queso crema
250 gr. de nata (crema de leche) para montar
200 gr. de azúcar
3 huevos tamaño L
1 cucharada de harina
PREPARACIÓN:
Podéis integrar y batir los ingredientes con una cuchara, aunque también podéis hacerlo una batidora o con la Kitchen Aid si la tenéis (con la pala plana). Batimos el queso con un tenedor o con la batidora, añadimos la nata (crema de leche) y seguimos mezclando. Después añadimos el azúcar y batimos, añadimos los huevos uno a uno y vamos integrando. Añadimos después la cucharada de harina y terminamos de integrar todo, hasta que quede una mezcla homogénea.
Forramos un molde con base desmontable (el mío de 17 cm, si dobláis ingredientes podéis hacerlo en uno de 23 cm. de diámetro) con papel vegetal (podéis mojarlo para adaptarlo mejor al molde, ya que tiene que quedar completamente cubierto y que sobresalga por los laterales, ya que la tarta crece en el horno, aunque después se baje). Vertemos la mezcla con cuidado.
Introducimos en el horno precalentado a 190º (en caso de que dobléis tamaño, subimos el horno a 220º) durante unos cuarenta y cinco minutos. Si vemos que se dora en exceso por la potencia de vuestro horno tapamos con papel de aluminio los últimos minutos del horneado. Pasado este tiempo sacamos y dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla. En la Viña la dejan enfriar a temperatura ambiente sin meterla en la nevera. Nosotros podemos introducir en la nevera, tras enfriarse sobre la rejilla, hasta la hora de servirla, pero si la hacéis el mismo día podéis hacer como la original, os resultará aún más cremosa. Aunque, también hay que decirlo, que si no la consumís el mismo día, el reposo en nevera le viene genial para asentar sabores.
Como veis, se trata de una receta sumamente fácil, apta para principiantes, no pasa nada si os queda fea o rajada, a diferencia de otras tartas de queso que se hornean al baño María o que se dejan enfriar con la puerta del horno entreabierta para conseguir un acabado más bonito. En esta tarta la estética es lo de menos, como dije al principio, aunque para mi ese corte resulta de lo más bello y rico que he visto.
Dentro de un mes me voy unos días a San Sebastián, ahora el restaurante está cerrado por reformas, pero espero que para entonces ya esté de nuevo abierto y poder probar la auténtica tarta de queso de La Viña. Ya os contaré.
Feliz martes.