Además, la repostería es entretenida y luego la podemos disfrutar, es una buena actividad para hacer en familia.
Vamos a preparar una tarta que seguro que todos hemos probado alguna vez, se trata de la tarta Mascota, también llamada Tarta Sara.
Nos ponemos el delantal y preparamos los ingredientes que vamos a necesitar:
Para el bizcocho genovés:
6 huevos
165 g de azúcar
150 g de harina
38 g de almidón
112 g de mantequilla
5 g de impulsor
Para el almíbar:
150 g de azúcar
150 ml de agua
1 pizca de vainillina
Para la crema de mantequilla:
2 huevos
6 yemas de huevo
400 g de azúcar
100 ml de agua
unas gotas de zumo de limón
500 g de mantequilla
1 pizca de vainillina
Para decorar:
100 g de almendra laminada
7 cerezas en almíbar
Los huevos tienen que estar a temperatura ambiente para que el montado-blanqueado se haga con facilidad. Si los tenemos en la nevera, los sacaremos unas horas antes de ponernos con la elaboración. Si no hemos podido, podemos acelerar el proceso de montado-blanqueado de los huevos junto con el azúcar, trabajándolo al baño María.
Las proporciones para ampliar esta receta tanto como se desee son 1 huevo cada 25 gramos de harina y 25 gramos de azúcar.
La vainillina no aporta color, al contrario del extracto o esencia de vainilla, por el que la podemos sustituir.
Preparación:
Comenzamos con el bizcocho y lo primero es preparar los ingredientes y utensilios que necesitamos.
Elegimos el molde que vamos a utilizar y colocamos papel de horno en la base. No engrasaremos con aceite o mantequilla y harina los laterales para que el bizcocho suba recto.
Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Cascamos los huevos y los introducimos en un bol. Agregamos el azúcar y batimos los huevos junto con el azúcar, con una varilla de mano, hasta que se cree una espuma densa, o doble su tamaño y obtengamos el punto letra. Yo suelo utilizar un procesador de alimentos.
Añadimos los ingredientes secos tamizados junto con la ralladura de naranja y con movimientos envolventes con la ayuda de una lengua, vamos creando una masa homogénea. Agregamos la mantequilla derretida que integramos también con movimientos envolventes. Debe quedar una masa aireada y sin grumos.
Vertemos la mezcla en el molde, lo llevamos al horno y horneamos a una altura media-baja durante 35 minutos.
Transcurrido este tiempo, comprobaremos si el bizcocho está hecho introduciendo un palillo, si sale limpio, lo sacamos del horno, en caso contrario, lo dejamos hornear unos minutos más.
Sacamos del horno y lo colocamos sobre una rejilla.
Mientras el bizcocho se está haciendo nos ponemos con el almíbar. En un cazo, vertemos el agua, añadimos el azúcar y ponemos al fuego. Removemos hasta que el azúcar quede disuelto y agregamos la vainillina. Llevamos a ebullición y apartamos del fuego.
A continuación, nos ponemos con las almendras, para ello, las extendemos en una bandeja de horno, las llevamos al horno y horneamos a 180ºC, a una altura media-alta, durante 10 minutos o hasta que adquieran un tono dorado. Un truco para que no se quemen es humedecerlas un poco, antes de hornear.
Ahora nos ponemos con la crema de mantequilla, para ello, vertemos el agua en un cazo, añadimos el agua y unas gotas de zumo de limón y lo ponemos al fuego hasta conseguir una hebra regular o fuerte.
Introducimos los huevos y las yemas en un vaso de un procesador de alimentos y montamos. Cuando esté casi montado, añadimos a hilo el almíbar y colocamos un paño con hielo para enfriar, o introducimos el bol en otro más grande con cubitos de hielo.
Bajamos la velocidad y añadimos, poco a poco, la mantequilla en pomada y en taquitos. Añadimos la vainillina sin dejar de batir.
Colocamos una boquilla en un manga pastelera e introducimos la crema. Reservamos en la nevera.
Mientras la crema se enfría, nos ponemos con el bizcocho. Para desamoldar pasamos una puntilla por el contorno del bizcocho para separarlo del molde.
Igualamos, si es necesario, la parte superior del bizcocho con un cuchillo de sierra o de cortar el pan. A continuación, tenemos que extraer tres bases de bizcocho de nuestro bizcocho, para ello, hacemos unas señales alrededor de por dónde vamos a cortar. Luego, cortamos horizontalmente siguiendo las guías anteriores.
Una vez que tenemos las tres bases de bizcocho, cogemos el almíbar y una brocha, y sacamos la manga pastelera de la nevera.
Colocamos como base, la primera capa de bizcocho, la que hemos igualado y cortado. Añadimos el almíbar con ayuda de la brocha y ponemos un poco de crema que extendemos con ayuda de una ballena.
Repetimos la operación, colocamos una base de bizcocho sobre la crema, pintamos de almíbar y extendemos una capa de crema.
Añadimos almíbar a la ultima capa de bizcocho que es la base del que hemos elaborado, colocamos sobre la capa de crema de forma que quede la parte que daba al molde arriba y la parte cortada sobre la crema.
Cubrimos todo el contorno de la tarta con una capa de crema formando una capa recogemigas y la llevamos a la nevera para que se endurezca.
Sacamos de la nevera y cubrimos la tarta con una capa de mantequilla de manera que quede uniforme.
Para que la parte superior quede lisa, mojamos una ballena con agua muy caliente y la pasamos sobre la parte superior de la tarta, de esta manera, la capa de crema de naranja quedará sorprendentemente uniforme.
Colocamos las almendras laminadas alrededor de la tarta. Cogemos un puñado de láminas de almendras y presionamos ligeramente para que se queden pegadas en la superficie.
Para terminar, hacemos unos rosetones con la manga pastelera sobre la parte superior y colocamos una guinda en el centro de cada rosetón.
Presentación:
Pasamos la tarta a una base de tarta, bandeja o plato de presentación donde la vayamos a servir.
La tarta terminada es elegante y destaca por la capa de almendras tostadas y el tono rojo de las guindas. Sus diferentes texturas, sabores y aromas se mezclan con tal sutileza que se convierte en un verdadero placer.
Una tarta ideal para una una celebración o simplemente para disfrutar de un momento especial con quien queramos compartirla.
Bon appétit!