Cuando se nos presento la primera ocasión en la que íbamos a poder realizar esta tarta, no la desaprovechamos, ya que queríamos sorprender a nuestros invitados y sabíamos, pese a que nunca la habíamos realizado, que con esta tarta lo íbamos a conseguir. Y es que, ¿hay alguien al que no le gusten los famosos petit-suise?
Ese sabor a fresa unido con la textura del queso fresco... Un sabor que, por lo menos a Carmen y a mi, nos encanta. Así que al ver la opción de realizar una tarta de este ingrediente, se nos pusieron los ojos como platos y se nos empezó a hacer la boca agua...
Una preparación sencilla, nada complicado y muy en la línea de otras tartas que ya hemos realizado como por ejemplo la tarta mousse de limón o la tarta mousse de natillas, solo que en esta ocasión, íbamos a emplear un ingrediente diferente. Sabor, textura, originalidad... Esta tarta triunfó entre nuestros comensales, ya que no se esperaban ese toque que todos conocían, pero que pocos supieron adivinar.
Ahora os toca a vosotros probarla, y vais a descubrir una nueva forma de dar petit-suise a vuestros pequeños...y a los no tan pequeños! Ya solo nos queda ponernos los delantales y dirigirnos a la cocina!
Ingredientes (8 personas-molde 21 cm):
1 paquete de galletas María
130 gr de mantequilla
7 hojas de gelatina neutra
100 gr de azúcar
300 ml de leche
500 ml de nata (crema de leche) para montar
6 petit-suise
1 sobre de gelatina de fresa
Preparación:
Trituramos las galletas para dejarlas como un fino polvo. Derretimos la mantequilla y la iremos vertiendo poco a poco y removiendo a la vez. Cuando tengamos una masa compacta, dejaremos de verter mantequilla, evitando así que nos quede muy grasienta. Es mejor realizarlo poco a poco ya que, dependiendo del tipo de galletas, de la mantequilla... pueden variar las cantidades.
Extenderemos la galleta en el molde, aplastando y alisando la superficie (especial cuidado de que los bordes estén bien cubiertos), formando así la base de la tarta. Dejaremos en el frigorífico mientras continuamos.
Ponemos las hojas de gelatina a hidratar en agua fría (el tiempo depende de cada tipo. Es mejor mirar lo que indique el envase).
Calentaremos la leche al microondas (que no hierva, solo que esté un poco caliente) y disolveremos en ella la gelatina, previamente escurrida del agua. Removemos de forma que no queden grumos. Reservamos.
En un bol, uniremos los petit-suise, la nata (crema de leche) y el azúcar, mezclando todo bien.
Una vez este bien mezclado, añadiremos la leche que tenemos con la gelatina y continuamos removiendo de forma que se cree unifiquen todos los ingredientes.
Una vez bien removido, lo verteremos sobre la base de galletas que teníamos en la nevera y dejaremos que cuaje durante unas horas, o de un día para otro mucho mejor.
Cuando la tarta endurezca y este perfectamente cuajada, prepararemos la gelatina de fresa, tal y como indica el envase: calentar 250 ml de agua y cuando esta rompa a hervir, echaremos el contenido del sobre, removiendo para mezclar bien, y una vez hecho esto, verter otros 250 ml de agua fría. Retirar del fuego y continuar removiendo un poco para realizar bien la mezcla.
Verteremos la gelatina sobre toda la superficie de la tarta (ojo, a lo mejor es mucha cantidad, de forma que usar solo la que veáis necesaria).
Dejaremos en la nevera de forma que la gelatina se endurezca.
Desmoldamos y servimos.
¿Que os ha parecido? Original y con una pinta deliciosa, ¿verdad? Estamos seguros que no durará nada en la mesa en cuanto llegue la hora del postre!
Un saludo a tod@s y buen provecho!