Esta es la primera tarta que aprendí a hacer en mi vida, incluso antes que el típico bizcocho de yogur que hace todo el mundo. Como la hice tantas veces terminé aborreciéndola pero ahora la he recuperado en versión vegana y creedme si os digo que en el último mes habré hecho como 10, riquísimas.
He variado el glaseado que solía hacer y he disuelto el chocolate en leche de coco, que me encanta. También he cambiado la almendra molida por avellana molida en alguna ocasión y queda deliciosa. Os dejo con la receta:
Ingredientes:
Para la tarta:
300 gr de harina
50 gramos de almendra molida
200 gr de azúcar
300 ml de leche vegetal
120 gramos de margarina no hidrogenada o 150 ml de aceite de girasol
4 cucharadas de cacao puro
1 y 1/2 cucharadita de bicarbonato
Mermelada de albaricoque
gotas de chocolate negro para decorar
Para la cobertura:
300 gramos de chocolate negro
300 gramos de leche de coco
Preparación:
Precalentar el horno a 180º C.
En un bol mezclamos todos los ingredientes secos y en otro todos los líquidos y batimos bien. Añadimos los líquidos poco a poco en la mezcla de la harina y batimos con movimientos envolventes.Vertemos la mezcla en el molde y horneamos durante 40 minutos. Desmoldamos una vez esté completamente frío.
Con un cuchillo de hoja larga y dentada, lo abrimos en dos mitades. La que corresponde a la base, la utilizamos para la parte de arriba de nuestra tarta porque estará más plana y lisita.
Untamos generosamente de la mitad de abajo con mermelada de albaricoque y tapamos con la otra mitad.
Para la cobertura, calentamos la leche de coco hasta que esté bien caliente y agregamos el chocolate troceado. Retiramos del fuego y mezclamos suavemente hasta que todo el chocolate se haya fundido. Cubrimos la tarta con la cobertura cuidando que quede uniforme y lisita. Metemos a la nevera y cuando esté fría la cobertura pero no se haya solidificado pegamos las gotas de chocolate en los lados ayudándonos con papel de horno. Terminar de enfriar en la nevera y servir fresquita.
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