Esta receta está hecha con morrillo. Cuando cayó en mis manos, lo miré y pensé que era perfecto para hacer en tataki. Por la forma y tamaño lo es, aunque después de cocinarlo y probarlo puedo decir que me ha encantado la pieza pero la próxima vez dejaré los tatakis para el lomo y el morrillo lo cocinare algo más.
Ingredientes:
300 gr. de ajoblanco de avellana.
2 morrillos de atún.
jengibre, soja y aceite de sésamo.
semillas de sésamo.
pimienta, aceite y sal Maldon.
Ensalada de brotes verdes.
Empezamos haciendo el ajoblanco de avellanas. Ya sabéis; pan mojado, ajo, avellanas, un chorrito de vinagre y agua. Batimos todo muy bien, damos el punto de sal y vamos añadiendo el aceite de oliva poco a poco para que se integre totalmente en la mezcla. Esta vez, como es para actuar de salsita del atún, vamos a dejarlo algo más gordito que de costumbre. Reservamos.
En una fuente de cristal, hacemos una mezcla con 5 cucharadas de soja, un trozo de jengibre natural muy picadito y 2 cucharadas de aceite de sésamo, y ponemos nuestros morrillos en ese adobo durante 1 hora.
Salpimentamos los morrillos ya adobados y los rebozamos en semillas crudas de sésamo.
Ponemos una sartén al fuego con 2 cucharadas de aceite y doramos los morrillos por la parte externa. Lo hacemos a fuego vivo para que se haga rápido y quede el interior más crudito.
En otra sartén, ponemos el líquido de adobo a calentar y reducir un poquito.
Preparamos la fuente donde lo vayamos a servir poniendo una fila de brotes verdes de lechugas aliñada someramente y una lengua de ajoblanco.
Cortamos el morrillo en medallones gorditos y los colocamos sobre el ajoblanco. Ponemos sobre todo ello un hilo del adobo reducido, unas escamas de sal Maldon y lo llevamos a la mesa.