Ingredientes (para 6-8 personas):- 3 huevos de gallinas felices
- 250ml de café (yo utilicé 6 cafés Nespresso de intensidad alta)
- 50ml de baileys de avellana
- 500g de mascarpone italiano
- 300g de bizcochos de Savoya "Savoiardi"
- 90g de azucar integral de caña
- 60g de cacao desgrasado en polvo
Paso a paso:
1. Empezamos preparando el café, conviene que esté totalmente frío cuando vayamos a usarlo, así que empezamos por él. Yo usé la cafetera Nespresso para hacerlo. Para conseguir 250ml utilicé 6 cápsulas de intesidad 8, Roma. Una vez preparado lo llevamos a la nevera para que vaya enfriando mientras hacemos la receta.
2. Seguimos con los huevos. Es importante que los huevos sean de calidad, como sabéis yo siempre utilizo huevos de gallinas felices, esto significa que el código del huevo empieza por 0 o 1, nunca por 2 o 3. Lo que significa que son huevos de gallinas criadas en libertad y alimentadas con producto ecológico. A diferencia del 2 o 3 que son criadas en naves, amontonadas y sin espacio para moverse y alimentadas con piensos de dudosa calidad.
Separamos con delicadeza las yemas de las claras.
3. Colocamos en el bol de la KA las tres claras y batimos a máxima potencia. Cuando las claras empiecen a espumar añadimos 15g de azúcar, y cuando ya estén completamente montadas otros 15g de azúcar. Una vez montadas a punto de nieve las reservamos para más adelante.
4. Colocamos en el bol de la KA las tres yemas junto con el azúcar que nos queda, 60g. Batimos primero a velociad floja para evitar que nos salpique el azúcar y una vez mezclado subimos a máxima velocidad. Debemos conseguir que la mezcla duplique su tamaño y blanqueé su color.
5. Cuando las yemas ya estén blanqueadas añadimos el queso mascarpone. Yo compré un tipo de mascarpone importado de italia, lo enconté en el carrefour.
Para conseguir 500g necesitamos 2 tarrinas. Mezclamos lentamente al principio y seguimos a velocidad media hasta integrar por completo el queso mascarpone, que no nos quede ningún grumo.
6. Cuando tengamos el queso completamente integrado, añadimos a la mezcla 2 cucharadas de Baileys de avellana. Tradicionalmente se añade licor de Amaretto, que es un licor de almendra. Como no tenía opté por añadir Baileys de avellana, y la verdad que ha quedado riquísimo.
Si tampoco tenéis podéis añadir moscatel o ron, o incluso podéis hacerlo sin alcohol, aunque he decir, que este le aporta un toque para mi imprescindible.
7. Añadimos las claras a punto de nieve que teníamos reservadas. Con ayuda de una espátula hacemos movimientos envolventes, es decir levanta la espátula hacia arriba como envolviendo las claras. Debemos repetir este movimiento lentamente hasta que las claras se integren por completo a la mezcla. Una vez integradas ya tenemos nuestra crema de mascarpone para el tiramisú.
8. Sacamos el café de la nevera y lo vertemos en una bandeja lo suficiente amplia como para ir empapando los bizcochitos de Saboya. Añadimos al café dos cucharadas de Baileys. En la foto parece café con leche, pero no, es el café que es completamente negro, pero al añadir el Baileys toma este color.
9. Empapamos uno a uno los bizcochos de Saboya en el café y los vamos colocando bien encajados y apretados en otra bandeja. No conviene empaparlos mucho porque se romperían. Yo los he puesto sobre el café de uno en uno y les he dado vueltas como si rebozase una croqueta durante 3-4 segundos. Cubrimos toda la base con una capa de bizcochos de Saboya empapados. Debe quedar toda la base completamente cubierta. Dicen los expertos que es muy importante que los bizcochitos de Saboya estén hechos con huevo, por eso me decanté por esta marca, que es un valorada en Italia, y que por supuesto llevan huevo.
10. Añadimos encima la mitad de la crema de mascarpone. Con ayuda de una espátula alisamos bien toda la superficie y la repartimos uniformente.
11. Volvemos a repetir el paso 9. Empapamos uno a uno los bizcochos de Saboya y los colocamos encima de la capa de crema de mascarpone. Volvemos a encajarlos y apretarlos bien entre ellos.
12. Cubrimos los bizcochos con la mitad de crema que nos queda. Con la espátula alisamos bien la superficie.
13. Ponemos el cacao desgrasado en polvo sobre un colador y cubrimos bien toda la superficie del tiramisú. Conviene ser generoso, que quede bien cubierto.
14. Cubrimos con papel de plata con delicadeza de no tocar el cacao y lo llevamos a la nevera hasta el día siguiente. El reposo es imprescindible para que los bizcochos absorvan bien el líquido y todos los sabores se mezclen bien.