Lo bueno de tener un huerto ya sea pequeño, grande o incluso en una terraza, es que podemos elaborar nuestras propias mermeladas, conservas y sobre todo, para aprovechar, todos los productos y no tirar nada, por que eso tendrá una gran influencia en nuestra alimentación, en nuestro bienestar y sobre todo, en nuestro bolsillo, por que se ahorra por un lado y por otro, se come mejor, por que no hay conservantes, ni oxidantes, ni colorantes que nos hacen tanto daño a nuestra salud y luego nos queda la satisfacción del cariño y amor que le hemos puesto, por hacerlo nosotros mismos.
Es una pena que muchas veces tiremos la fruta o verduras, es esto tiempos que corren, mejor dicho un insulto para aquellas personas que no tienen que llevarse a la boca mientras nosotros tenemos la suerte de poder hacer tres comidas al día, hasta la cascara de la manzana, naranja o limón nos sirven para darle un aporte a nuestra infusión de té.
Mi huerto no es muy grande, ocupa un lugar pequeño en mi jardín, pero cada año que pasa le sacamos más partido, con nuestros tomates, pimientos, berenjenas, calabacin, incluso plantamos cebollas, y lo mejor de todo el olor que tienen, ese olor tan característico de lo sano y natural de un producto que no madura en cámaras que cuando lo llevas a la mesa su sabor es inconfundible y al cortarlo de la mata sigue oliendo. Pues bien el año pasado me dio por hacer mermelada de tomates, que termine regalando a la familia y amigos y este año he aprovechado para hacer conservas.
¿ Me seguís ? El resultado me ha encantado
INGREDIENTES:
4 kg de tomates
media cabeza de ajos
aceite de oliva virgen extra
sal
ELABORACIÓN PASO A PASO :
Necesitaremos una cazuela grande
Una vez limpios los tomates, se cortan por la mitad y otra vez por la mitad, es decir en cuatro partes.
Añadimos los tomates a la cazuela
Se pone a fuego lento hasta que se saque liquido, es decir el agua que suelta el tomate
Se sube la temperatura y vamos removiendo con una cuchara de madera de vez en cuando para que no se pegue
Se le quita el liquido hasta conseguir la concentración deseada
En una sartén freír los ajos enteros, con aceite de oliva virgen y se lo añadimos a los tomates una vez que le hemos sacado el liquido, razonándolo con sal y añadimos un poco más de aceite de oliva dejando hervir durante unos minutos.
Se pasa por el chino y la pulpa sobrante se vuelve a pasar hasta que solo quede la piel y las semillas.
Se mete en tarros de cristal, que habremos puesto al baño María para su esterilización durante veinte minutos
Tenemos dos formas una que es la que yo he utilizado:
Tener los botes de cristal, esterilizados e introducir el tomate, llenar, tapar, cerrar y le ponemos boca abajo
Meter el tomate el los botes de cristal esterilizados, llenarlo, tapar y poner durante media hora al baño María, contar desde que empieza a hervir
Cualquiera de las dos formas nos vale para que se haga perfectamente el vacío y nos aguante incluso años.
De esta manera tenemos un tomate natural, sano y delicioso, que en cualquier momento podemos utilizar para hacerlo frito o como deseemos.
Solo nos queda poner una etiquetas con la fecha del envasado y así poder ir utilizándolo por orden sin que ningún frasco nos quede fuera de fecha.
Buen provecho, espero que os resulte útil.
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