Ocurrió hace un par de semanas, cuando cogía un autobús que me llevaba de un punto del centro de La Ciudad de Locos, a otro punto del mismo centro [que anda un poco descentrado y por eso me pillaba lejos].
No deja de sorprenderme que llamemos centro a lugares que se comunican por transporte público porque se tarda más de media hora en llegar a pie. Como si centro fuera un concepto expandible, ampliable, infinito.
Dos mujeres jóvenes, que iban sentadas delante de mí en el mismo autobús, conversaban. Hablaban de una tercera mujer, a la que supongo igualmente joven, no más de 30 años.
[Tono de enfado indignado-retintineante]
-Tía es que yo esas cosas de verdad, no puedo entenderlas. ¿Me quieres decir que no tienes 200 euros de mierda para comprarte un bolso en condiciones? Pues no, ella tiene que presentarse con un bolso que daba hasta cosa verla, y no le daba ni vergüenza.
- Cómo se puede ser tan cutre. Me dan ganas de comprárselo yo, para que vea que por dinero no es, que lo primero es lo primero, pero me da rabia que sea así. ¿Hará lo mismo con todo?
- Yo no sé como Ángel se lo consiente, soy yo y no la dejo salir de casa. Así te lo digo. Luego anda racaneando de aquí y de allá, pero tía, un bolso, unos zapatos en condiciones, algo digno que no se puede ir por la calle así, coño.
[Fin de la conversación]
¿Qué?
¿Cómo se os queda el cuerpo?
Pues os cuento como se me queda a mí. Cuajado, que me dieron ganas de coger a las dos pijas en cuestión por el brazo y pasearlas por mi barrio, en la periferia. Periferia en Madrid es ese punto donde las aceras dejan de limpiarse, los árboles de mantenerse y desaparecen las fuentes de los parques.
Me dieron ganas de presentarles a Rosa, una mujer a la que conocí en la asamblea de Vivienda de mi barrio. Rosa tiene 21 añitos, es una niña. Y a sus 21 añitos de nada, Rosa es madre en proceso de divorcio con denuncia por malos tratos pendiente de resolverse, con un marido que se ha desentendido de su hija de 11 meses, y que no recibe otro subsidio que 216 euros al mes [que no son 216 euros de mierda, os lo aseguro] porque aún no tiene la sentencia de abandono familiar del padre de la criatura y nunca ha cotizado [¿cómo podría haberlo hecho?].
Rosa, vive con 216 euros. Y no se compra un bolso. Compra pañales, potitos, y si le llega, cuando le toca, cena. Y cuando no, se acuesta pronto y ya está. Vive en una casa que no es suya ni de nadie, de la que la acabarán echando, sin gas porque no podría pagarlo, con la luz enganchada [y a ver quién la culpa ahora] y bañando a su hija en un barreño de agua que calienta en un hornillo.
Lava los pañales de un solo uso para estirarlos, porque no son baratos, y no sabe si podrá acceder al tratamiento que necesita la niña para reconducir un piececito en el que tiene problemas, porque el calzado especial de la ortopedia cuesta la mitad que un bolso digno.
Es una valiente, que nadie piense otra cosa. A veces, te mira y te dice Tía, yo es que he tenido muy mala suerte con todo esto, pero en esta vida lo que hay que hacer es tirar pa?lante, se ponga la cosa como se ponga, no hay otra opción.
Y te cae el alma al suelo cuando la oyes. ¿Trabajo? Ha conseguido unos meses como pintora de brocha gorda, la pagan por 8 horas diarias/5 días semanales unos 200 euros al mes. Sí, es un abuso, pero no hay otra cosa y ella lo hace hasta que tenga algo mejor. Sin contrato, claro está, sin seguro y sin derechos. Los pobres al fin y al cabo… son pobres.
Y veríamos que nos decían las dos pijas indignadas ante todo esto. ¿Qué pensarían de Rosa? ¿De su empleador? ¿De su marido? ¿Pensarían algo? Porque claro, los pobres, son pobres… también los de espíritu.
Así que para templar los ánimos, hoy vengo al BBSS a traer una ensalada que se puede hacer con dos cositas, que salva unos tomates reguleros con bastante dignidad, porque después del aliño no se nota, y que se puede hacer con muy muy poco dinero. Y si le añades un poco de arroz cocido o unas patatas, con menos de dos euros comen seis, y fresquito, que es verano.
INGREDIENTES
[2 PERSONAS]
Tomates carnosos, 3 [400 g]
Atún, 2 latas [110 g], no importa si usas al natural o en aceite
Cebolleta, 1 [80 g]
Pepinillos, 30-40 g [unos 8 pequeños]
Aceitunas, 40-50 g [unas 4 cucharadas]
Alcaparras, 1 cucharada
Ajo, un diente
Aceite, 2 cucharadas [30 ml]
Vinagre de Jerez, 1 cucharada corta [10 ml] [sirve cualquier vinagre que tengas]
Sal
*He pesado los ingredientes para que puedas orientarte, pero en las ensaladas no se trata de pesarlo todo…se trata de ir echando cosas hasta que esté a nuestro gusto!
MODUS OPERANDI
Poco se puede explicar de una ensalada, aunque esta tiene dos peculiaridades que debes tener en cuenta. La primera es la forma de preparar los ingredientes, y la segunda el tiempo y temperatura para servirla.
Cortamos los ingredientes de la siguiente forma:
Los tomates en medias lunas o en daditos, a nuestro gusto. Si tienen exceso de pepitas, las retiramos y las guardamos para otro uso. Mis tomates eran bastante carnosos y no fue necesario, pero normalmente les retiro las semillas y los corto en dados. Es muy importante que no haya exceso de líquido ni de semillas, para la maceración.
La cebolleta en juliana muy muy fina
Pepinillos y aceitunas en rodajas
Alcaparras picadas
Ajo picado menudo
Atún desmigado
Vinagreta: Ponemos aceite, vinagre y sal en un bol, y los batimos con energía hasta que emulsionen
Para hacer la ensalada solo tenemos que mezclar todos los ingredientes y dejarlos reposar como mínimo minimísimo durante una hora, mejor dos.
Lo que debes tener en cuenta sobre esta ensalada:
Todo el secreto es que haya reposado antes de servirla, por eso se llama reposada
Se sirve a temperatura ambiente, jamás de los jamases debes servir una ensalada de tomate fría de la nevera
Para que la vinagreta funcione, es fundamental que no haya caldo de los tomates ni semillas: si no son carnosos y firmes, vacíalos antes de cortarlos
Los ingredientes deben estar cortados muy finos, especialmente la cebolleta, y los encurtidos
Cuidado con la sal: pepinillos, aceitunas, alcaparras y atún ya llevan mucha sal ellos solos