Hoy no voy a entrar en el debate de si las cosas se están haciendo mal o bien, pronto o tarde. Hoy. Más adelante daré mi opinión. Lo que tengo clarísimo es que esto es una patata caliente que al que le cayera en las manos le iba a quemar.
Gestionar esta situación es una pesadilla y si nosotros no somos capaces de acatar las directrices que nos dan sin entrar en trucos y triquiñuelas (como hacerse quince kilómetros con la excusa de pasear al perrito o salir cada día con la excusa de comprar y volver a casa con un paquete de pipas después de llevar una hora dando vueltas por el supermercado y hablando con todo el que nos encontramos) esto se va a alargar casi eternamente.
No voy a calentarme, que la de hoy va a ser una entrada breve.
Seguimos en Cuaresma y estamos a unos días de la Semana Santa. Probablemente una de las más extrañas de la historia, con todo el mundo en casa, sin operación salida ni retorno, sin vacaciones escolares, sin salida de hermandades... pero en nuestras cocinas nada nos impide que los sabores y olores de esta época inunden nuestros hogares.
Sé lo que vais a decirme. Que cuando acabe la cuarentena tenemos que salir de casa por la misma puerta por la que entramos. Pero una Semana Santa sin torrijas no es Semana Santa y siempre podemos hacer un pequeño sacrificio después de zamparnos una de estas maravillas
Si os sirve de consuelo la versión que os traigo hoy es un poco más light (un poco) que las torrijas tradicionales.
El año pasado como Elena era un bebé tranquilito en sus ratitos de sueño podía hacer algunas recetas. Por estas fechas me centré bastante en el tema torrijas probando con distintas maneras de cocinarlas y con distintos sabores.
La técnica de esta receta se la copié a mi amiga Olga (sí, últimamente no hago más que publicar recetas que me ha inspirado su blog) Ella la hizo en Thermomix y yo en Monsieur Cuisine pero el tema de tiempos, temperatura y velocidad es idéntico para estos dos aparatos, así que tengas el que tengas podrás seguir el paso a paso sin problema.
Y no dejan de ser torrijas, y son calóricas, pero menos calóricas que has que preparamos fritas.
Y os aseguro que están para chuparse los dedos.
Recuerdo que le di a mi prima que estaba hablando por teléfono conmigo la mañana que las estaba haciendo y se enteró de lo que me traía entre manos. Se acercó por casa, y ni siquiera llegó sino que bajé y le dí algunas. Antes de llegar a su casa ya se había comido una y las que llevaba no las compartió con nadie sino que fueron para ella (y cayeron en el mismo día)
Me hizo mucha gracia el comentario que me hizo. Si me das más, más me como ¡están increíbles!
Y es cierto que salen muy ricas, bastante jugosas y no tienen nada que envidiar a las de sartén. Me dijo que ella no les había notado diferencia aún sabiendo que las había hecho en el horno y no de manera tradicional.
El criterio de mi marido no cuenta. Él se las comía de dos en dos y de tres en tres y con la boca llena aún preguntaba cuándo iba a hacer más. Pero chiquillo ¡si acabo de hacer un paquete esta mañana! No tiene mesura, os lo digo yo. ¡Ese sí que va a salir redondo de esta cuarentena! Y eso que en casa aún no he hecho torrijas porque aunque parezca mentira el tiempo no me sobra precisamente.
Nosotros seguimos trabajando. A ver quién si no va a presentar ERTES, bajas y demás quehaceres que estos días agobian a gestores, asesores y abogados, por no hablar de los impuestos trimestrales, que se presentan en abril y por el momento no han suspendido desde el gobierno.
Yo sólo voy a la oficina cinco horas por la mañana. Las tardes las paso en casa pero las niñas dan tarea suficiente para que no tenga tiempo libre. De hecho estoy más cansada que cuando trabajo todo el día.
Así que a petición popular tengo que sacar un hueco y hacer torrijas o cualquier otro postre típico de estos días ¡a ver si me inspiro y hago alguna cosa que no haya preparado antes!
Y vosotros ¿qué vais a preparar estos días? Contádmelo si os apetece mientras nos tomamos un café y una de estas deliciosas torrijas que quitan todos los males.
Ingredientes
* Una bolsa de pan para torrijas
* Medio litro de leche
* Cuatro cucharadas soperas colmadas de cacao en polvo
* Dos huevos
* AOVE para pintar el film transparente
* Azúcar para rebozar
Elaboración
1. Calentamos un vaso de leche en el microondas y le vamos añadiendo el cacao hasta disolverlo. Mejor cucharada a cucharada
2. Lo vertemos en un bol amplio junto con el resto de la leche, añadimos los huevos y batimos hasta integrar.
3. Vamos mojando las rebanadas de pan hasta que estén bien empapadas y las colocamos en trozos de film transparente pintados con AOVE. Cerramos haciendo paquetes con cada torrija
4. Ponemos un litro de agua en la cubeta de la Monsieur cuisine y pulsamos el programa Vaporera. Programamos 20 minutos (a partir de que empiece a descontar) y colocamos el cestillo tapado y con las torrijas dentro envueltas en film
5. Cuando termine retiramos el cesto con cuidado, abrimos y vamos abriendo los paquetes, rebozamos las torrijas en azúcar y las colocamos en la bandeja del horno sobre un papel para hornear
6. Introducimos en el horno, con calor sólo arriba ( o grill si tiene esta función) a 200 grados durante 10 minutos.
Receta muy sencilla que requiere de menos atención que cuando se hacen fritas.
Si queremos aligerar un poco la carga calórica podemos rebozarlas en azúcar sólo por una cara y los bordes o bien ponerlas en la bandeja y espolvorear un poco de azúcar por la superficie antes de hornear.
No digáis que no miro por vuestra línea que cuando salgamos del encierro tenemos que embutirnos en el bañador.
No sé si la semana que viene voy a publicar o no. Hasta ahora siempre me he tomado un descanso en Semana Santa y probablemente este año haga lo mismo pero igual se me pone la cabeza del revés y aparezco por aquí.
Lo que sí voy a intentar es aparecer y dejar constancia de ello en vuestros blogs que los tengo muy abandonados.
Gracias por seguir siempre ahí
Manos a la masa y ¡bon appétit!