Hoy toca un plato de esos de toda la vida, ideal para solucionar un aperitivo rápido, o una cena de picoteo. Así que va directo a la sección “express” del blog.
Los he llamado “a mi manera” porque nunca he buscado la receta. Las preparo como me apeteció la primera vez y gustaron mucho en casa. Así que, con el permiso de la gente de la tierra de mis abuelas, aquí os pongo mi versión, adecuada los ingredientes que habitualmente tengo en casa.
Las medidas son aproximadas. Las he ido tomando hoy por primera vez, ya que siempre las hago a ojo. Y creo que vosotros las acabaréis haciendo así también si no lo hacéis ya.
Una de las cosas que hago, y que, como mínimo, las veces que he comido tortitas de camarones fuera de casa he comprobado que no hacen, es tostar los camarones antes. Me encanta el punto saladito y crujiente que aporta a las tortitas, que adquieren entonces una textura muy especial. No sé si es que no se hace habitualmente, pero a mí me encantan así.
Y como no tienen mucho misterio, no me enrollo más y voy con la receta.
Ingredientes para unas 20 tortillitas:
– 200 de camarones frescos o congelados
– 1/2 cebolla o cebolleta
– 1 huevo L y una clara (o 2 huevos M)
– 10 cucharadas (estándar) de harina floja
– 250 ml de leche
– un puñado de perejil picado
– pimienta negra recién molida
– sal
– aceite de oliva para freír
Preparación:
1.- Ponemos en una sartén al fuego con una cucharada de aceite e incorporamos los camarones limpios cuando esté caliente. Los salteamos hasta que estén tostaditos (probamos uno y comprobamos que esté crujiente). Los reservamos.
2.- Picamos la cebolla finita y la salteamos un poco también con un poco de aceite de oliva, hasta que empiece a dorarse. Reservamos.
3.- Batimos el huevo y la clara y les incorporamos la harina. Batimos bien hasta que sea una masa homogénea y le incorporamos la leche. Debe quedar de una consistencia parecida a la de unas tortitas, un poco más espesa. Añadimos ahora los camarones, la cebolla y el puñado de perejil picado. Salpimentamos.
4.- Preparamos una sartén con un chorro de aceite de oliva, el suficiente para freír las tortillitas, cubriendo todo el fondo. Algo menos de 1 dedo de altura bastará.
5.- Cuando esté caliente empezamos a hacer las tortillitas, con la medida de una cucharada de la masa. Las dejamos hasta que se doren y les damos la vuelta. Se harán enseguida. Las dejaremos escurrir sobre papel secante.
Sugerencia:
Los acompañaremos, por ejemplo, con una salsa ligera de yogur, y, para redondearlo, con una cerveza bien fresquita.
Un clásico que, además, podéis amoldar a vuestros gustos, añadiento, por ejemplo, unos ajetes picados bien pequeños a la masa.
Las podéis hacer más parecidas a una tortilla, más planitas, si dejáis la mezcla algo más líquida que con las medidas que os he dado. Poned un poco más de leche en ese caso, o de agua.
Espero que os haya gustado. Fácil y sencilla.
¡Que aproveche!