Este año San Valentín cae en domingo, no hay que levantarse temprano y corriendo para ir a trabajar, así que hemos pensado en que podéis sorprender a vuestros enamorados o enamoradas con un desayuno especial y romántico. Si no tenéis pareja, el capricho puede ser solo para vosotros porque si hay alguien al que debemos amar toda la vida, en lo bueno y en lo malo, es a nosotros mismos.
Y, ¿qué mejor día para darse un homenaje?
¿Qué necesito? (para 10 tortitas aprox.)
1 vaso de harina
2 cucharadas de azúcar
2 cucharaditas de cacao en polvo
1 pizca de sal
1 cucharadita de levadura
1 huevo
2 cucharadas de mantequilla derretida
1/2 vaso de leche
¿Cómo lo hago?
Empezaremos a hacer la masa con los ingredientes líquidos para evitar que se nos formen grumos. En un bol batimos el huevo y añadimos la mantequilla y la leche. Removemos para que se mezcle todo bien.
Después vamos añadiendo mientras removemos, primero el azúcar, la sal y por último la harina tamizada junto con el cacao y la levadura. Mezclamos todo bien hasta tener una masa homogénea y bastante líquida.
Ponemos una sartén antiadherente al fuego, cuando esté caliente le bajamos la temperatura para que no se nos doren rápidamente las tortitas y se queden crudas por dentro. Ponemos la forma en la sartén y rellenamos con la masa ayudándonos con una cuchara. No pongáis mucha masa porque la masa subirá. Cuando esté cuajada (ha subido y se empiezan a formar burbujas en la superficie), retiramos la forma y con una espátula le damos la vuelta a la tortita.
Nosotras hemos preparado la mitad sin chocolate y la mitad con, dividiendo la masa y añadiendo solo a una de las partes el cacao (1 cucharadita).
Acompañadlas con nata montada (crema de leche), mermelada o un poco de miel y serán un éxito.
Facilísimo, ¿verdad?
¡A desayunar!