Este es uno de los platos más típicos de Asturias, los tortos de maíz asturianos eran hace muchos años muy frecuentes en épocas de matanza, se acompañaban básicamente de huevos fritos y picadillo de chorizo, o mojados en leche, se freían en grasa de cerdo o se hacían sobre la chapa de la cocina de carbón, era un plato humilde que llenaba la panza en épocas de escasez.
Por suerte se van recuperando las tradiciones gastronómicas de la zona, es raro el restaurante o sidrería donde no sirvan buenos tortos de maíz. La variedad de acompañamientos es infinita porque casi todo está bueno sobre un rico torto; picadillo de chorizo, morcilla, revueltos, queso cabrales, huevos fritos, cebolla caramelizada, jamón, mariscos…echándole imaginación podemos hacer tablas de tortos variados para todos los gustos, incluso con cosas dulces, membrillo con queso, mermeladas…
Ahora que intentamos evitar grasas poco sanas se fríen en aceite de oliva, se hacen al horno o a la plancha. Yo que me cuido muy poco los hago fritos en aceite de oliva y aunque dicen que lo mejor es hacernos muy finos yo les doy un poco de grosor, sin pasarme pero me gusta que sepa a torto no solo a lo que les pongamos.
Son muy fáciles de hacer, los de hoy llevan morcilla ibérica, pimientos de padrón, picadillo de chorizo, jamón, manzana caramelizada y huevo frito, no he comprado nada especial los he hecho con lo que tenía a mano.
Aquí va la receta de tortos asturianos de maíz:
INGREDIENTES:
500g. de harina de maíz
400g de agua templada (aprox.)
1 cucharadita de sal
2 cucharadas de harina de trigo (opcional)
Aceite para freír
ELABORACIÓN:
Normalmente yo calculo la misma cantidad de agua que de harina pero suele sobrar por eso os pongo como medida 400g depende del tipo de harina, unas veces lleva más agua que otras.
En los ingredientes he puesto opcionales unas cucharadas de harina de trigo, se pueden poner o no, son útiles para que los tortos no se rompan con tanta facilidad al pasarlos a la sartén.
Ponemos la sal al agua templada y disolvemos, en un bol ponemos la harina de maíz y la de trigo si la usamos, vamos añadiendo agua poco a poco y mezclando hasta que nos quede una masa que podamos amasar y moldear. Hacemos una bola, tapamos y dejamos que repose una hora.
Ponemos abundante aceite en una sartén, formamos los tortos del tamaño y grosor que nos guste haciendo bolas de masa que iremos estirando con las manos. Si os gustan muy finos, los ponéis entre dos trozos de papel de horno o papel film y los estiráis con un rodillo de amasar o una botella.
Freímos a fuego vivo hasta que empiecen a dorarse y los vamos sacando a un plato con papel de cocina para que escurra el aceite.
Solo nos queda ir añadiéndoles los tropezones que queramos y servirlos bien calentitos.
Aviso, llenan mucho, pero si os gustan tanto como a mi no podréis parar de comer y si tenéis a mano una sidra para acompañar ya es pecado de los gordos… De esos pecados perdonables que se disfrutan mucho.
¡Salud!
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