Al habla la que diseña algunas de las imágenes de esta web sobre cocina y algo más.
Le he pedido permiso a Cazuela para tratar de contaros cómo fue nuestra receta de empanada online a tres videollamadas (Caruso, Cazuela y yo) y a tiempo real, porque con la tecnología maravilla de nuestros días también se puede acompañar el tiempo en casa.
Todo comenzó más a menos así… En red
Llevábamos un mes de confinamiento y sin poder acercarnos presencialmente a la familia, nos lanzamos a disfrutar de una rica tarde de cocina virtual junto a nuestra sofisticada mentora culinaria Cazuela y la ágil y diestra jefa del Caruso. ¡Qué buen sabor de boca deja el placer de webcocinar en familia y conversar compartiendo uno de nuestros espacios preferidos de la casa, la cocina!Lo que nos unió esa primera tarde fue una rica y sencilla receta de empanada tradicional de tomate y atún, aunque en las semanas siguientes se siguieron otras diversas y entretenidas recetas, dulces y saladas, sencillas y complicadas. Y no hubo ningún gran desastre en este experimento múltiple, sino grandes momentos, risas y ricos resultados.
La conexión para nuestro webcocinar fue un triángulo familiar entre la península y Canarias.
Lo primero fue compartir entre las tres los ingredientes básicos para la receta:
2 masas de hojaldre cuadradas o rectangulares o redondas. Recordad dejar unas tiritas del sobrante para decorarla.
3 latas de atún en conserva.
1 cebolla generosa
340 gr de salsa de tomate frito, de esas que tienen trocitos de tomate.
3 huevos cocidos
Huevo para pintar la empanada por encima.
Aceite de oliva y sal
Creo que fue algo así, aunque cada cual dispuso a su gusto algún ingrediente sorpresa y su toque creativo.
Luego seguimos con la preparación.
En este punto, Cazuela llevaba la voz cantante e iba dándonos indicaciones cada cierto tiempo y mostrándonos en directo los colores y texturas que debíamos alcanzar, así como los tiempos.El primer paso fue poner una de las masas de hojaldre de base en la bandeja del horno, la agujeremos con un tenedor por todas partes para que luego no se hinchara irregularmente y se cocinara bien.
Mientras tanto, pusimos a freir al fuego la cebolla bien picadita. Dejándola cocinarse poco a poco, despacio y a fuego lento. Creo que aquí, Cazuela, también añadió un pimiento picado, para que se hiciera con la cebolla. Una vez bien pochada y dorada, le añadimos el tomate frito, el atún y los huevos cocidos troceados previamente. Y pusimos la sal al gusto. Revolvimos todo con cuidado, apagamos el fuego y dejamos reposar la mezcla unos minutos.
Cazuela nos dió el consejo de dejar reposar la mezcla con la sartén algo inclinada, para que el aceite sobrante fuera escurriendo del la mezcla y luego pudiéramos quitarlo. Así lo hicimos y funcionó.
Después, pusimos el relleno sobre la primera masa de hojaldre de la base, siendo generosas, y cubrimos todo con la segunda masa de hojaldre. Después sellamos una masa con otra, enrollando los bordes uno con otro. Una vez hecho esto, ya casi estaba lista. Importante fue abrir en el centro de la masa un agujero a modo de chimienea, para que pueda salir el vapor mientras se hornea y se cocine mejor.
Y un detalle más, colocarle las tiras del sobrante de la masa para decorar su superficie y pintar con huevo.
Una vez hecho todo esto, introdujimos la bandeja en el horno y la dejamos cocinar durante aproximadamente una media hora. Un poco más arriba o más abajo, según fuimos viendo que el hojaldre se hacía y se doraba.
Al cabo de 30 minutos, teníamos ante nuestros ojos tres hermosas y doradas empanadas listas para comerse. ¡Deslumbrantes y deliciosas! ¡Todo un éxito cocinado a tres bandas!
Hola! Soy Cazuela; Esta chica…Dice que es la que hace algunas cosas. Pues no, es Lupe y es el pilar de Cazuela y Sofá, la que hace que podáis ver el blog y que todo vaya como la seda, la que da ideas y anima siempre. Ella es la que ha tenido la idea de aliviar el confinamiento, dedicando un día a la semana a la cocina cuñadil y allá nos lanzamos las tres cuñadas y mi sobri Elena, que es jovencilla pero ya apunta maneras de cocinillas avanzada. También hubo colaboración por parte de cuñado que no se le da nada mal, ya es experto en merengues horneados!! Víctor abría el vino y se especializó en degustaciones (que morro) Caruso siempre terminaba antes, porque nos hacía trampas y nos observaba atentamente extrañada de lo que tardábamos.
Ha sido una experiencia estupenda, nos reímos mucho, nos tomamos alguna copilla para brindar a distancia y sobre todo, se nos hizo mas corto el encierro entre compras, planificación etc. Tendremos que buscar la forma de repetirlo de vez en cuando!!! Seguiremos webcocinando!!!