Hoy en día, el consumo de maíz en Asturias ya es residual, pero hubo un momento en el que era parte fundamental de su gastronomía. Por lo visto, el maíz llegó a España en los barcos que venían de hacer las américas y pronto se vio que Asturias y Galicia tenían las tierras y el clima adecuado para que creciera en óptimas condiciones.
Se hizo hueco en las cocinas rápidamente ya que era barato y versátil para muchos tipos de recetas. Una de las más fáciles es la de los tortos, una especie de panes aplastados similares a las arepas venezolanas o tortillas mejicanas. Son muy típicos en tiempos de matanza en las aldeas, para degustar con picadillo y huevos como lo suelo hacer yo, o con morcilla. Pero también aceptan todas las reinterpretaciones que se te pasen por la cabeza, de hecho yo sé de uno que el otro día se terminó los que quedaban con nutella y fresas, ejem, ejem…
Son muy fáciles de hacer y el único hándicap es encontrar harina buena de maíz. No vale maicena ni ningún tipo de almidón blanco, tiene que ser harina de maíz de la amarilla. En cualquier herbolario o tienda de productos naturales se encuentra sin problema, en Asturias la venden al peso en casi todos los mercados.
Ingredientes
– 250 gr. de harina de maíz de la amarilla
– 1 cucharadita de sal
– agua caliente o templada la que admita la masa, yo le puse un vaso que serían unos 200 ml.
Modus Operandi
1) Son tan fáciles que yo ni encendí la Thermomix. Pero lo puedes hacer poniendo todos los ingredientes y mezclando unos segundos a V.6. Yo puse la harina y la sal en un bol y fui añadiendo el agua hasta tener una pasta más o menos manejable.
2) Se deja reposar unos 5 minutos y luego se hacen bolas no muy grandes. Para aplastarlas yo usé un paño de hilo tal y como lo hace Isasaweis en este video. Cuando tengas los tortos finos, retiras el paño y te lo colocas en la palma de la mano.
3) En una sartén con bastante aceite de oliva se fríen a temperatura alta o media-alta. Se deja más o mejos un minuto por cada lado, depende del grosor que tengan. A mí me gustan finos por lo que rápidamente se doran. Se sacan y se ponen a escurrir en un plato con papel de cocina.
4) Yo los acompaño normalmente de picadillo de chorizo y huevos fritos, pero van bien con todo.
Y aquí he tenido alguna duda en cuanto al acompañamiento musical, pero finalmente a algo tan básico como unos tortos lo que le pega es el histrionismo de Tino Casal, un asturiano que seguro que merendó algunos durante su infancia. De ahí le viene a él esta puesta en escena repleta de brillos, hombreras y que no le falta detalle y que tanto me gusta.