Es conocida mi afición extrema a jugar con las especias y no podía ser menos a la hora de crear un sándwich. Pero necesitaba conjugar bien los sabores y las texturas para que la experiencia fuese brutal. Y debo señalar que es una combinación espectacular. Por supuesto que vosotr@s podéis, mejor dicho, debéis hacer bailar los ingredientes a vuestro antojo. Vuestro paladar manda.
Aquí os toparéis con la potencia de las especias del pollo, el crocante del tapenade y el frescor de una sencilla salsa de yogur. Todo mezcla perfectamente en boca, con mucha personalidad. Y para tan especial ocasión he pedido a los Hermanos Marx que me presten su última gran obra "Una noche en Casablanca" para la comparación cinematográfica. No se puede pedir más a esta receta. Pues venga, que hoy nos vamos de viaje a Marruecos... ¡Mandiles arriba!
INGREDIENTES (2 personas)
Para el pollo moruno
4 filetes de contramuslos deshuesados
1 cucharada de cúrcuma
1/2 cucharada de canela molda
1/2 cucharada de comino molido
1/2 cucharada de pimentón
1/2 cucharada de ajo en polvo
1/2 cucharada de jengibre
1/2 cucharadita de cayena molida
1 limón
2 cucharadas de aceite de oliva Virgen Extra
Sal y pimienta negra
Tomates secos (para el montaje final)
4 rebanadas de Oroweat de Pipas de Calabaza y Semillas de amapola
Para el tapenade
1 bote pequeño de aceitunas sin hueso
3-4 anchoas
Alcaparras
Perejil fresco
2 dientes de ajo
Aceite de Oliva y sal
Para la salsa de yogur
1 yogur natural sin azúcar
Hierbabuena fresca
1 limón
Sal, pimienta negra y aceite de Oliva Virgen Extra
Película ideal para degustar este plato
"A NIGHT IN CASABLANCA" ("Una noche en Casablanca" de Archie Mayo - 1946)
Al final de la receta tienes la comparación, hitchcookian@...
MARIDAJE DEL POLLO
Cortamos en trozos de bocado el pollo y lo limpiamos bien de posibles huesos. Lo colocamos en un bol y añadimos todos los ingredientes de la marinada. NOTA: Jugar vosotr@s con los ingredientes a gusto de vuestro paladar.
Lo tapamos con papel film y lo dejamos en la nevera un mínimo de 1 hora, aunque siempre será más recomendable toda la noche.
Pasado el tiempo lo cocinamos en una sartén a fuego medio-alto durante 5 minutos por cada lado. Buscamos que se marque bien en el exterior, a modo de parrilla.
EL TAPENADE
Trituramos todos los ingredientes. La textura en este caso pretende ser muy rústica, que se noten los trozos (no como un paté) y así obtener un bocado crocante al final.
LA SALSA DE YOGUR
La idea es tener un toque refrescante en la tosta. Bastará con mezclar todos los ingredientes con un poco de hierbabuena bien picada. Probad el punto de sal y pimienta y corregid si hiciera falta. NOTA: Si os va la marcha podéis añadir un cucharadita de Harissa (salsa picante marroquí)
MONTAJE FINAL
Rehidratamos los tomates secos en agua hirviendo unos minutos. Colamos y secamos bien. Los doramos en una sartén con un poco de aceite de oliva.
Tostamos en una sartén o en tostadora las rebanadas de pan de pipas y semillas de amapola OROWEAT. Untamos una generosa cantidad de la salsa de yogur en la base. Colocamos encima el pollo moruno y los tomates a la plancha. Coronamos con el tapenade. Y a devorar.
¡Que aproveche, hitchcookian@s!
Película ideal para degustar este plato
A NIGHT IN CASABLANCA
("Una noche en Casablanca - Archie Mayo, 1946)
Hubo un tiempo en el que la comedia eran puros gags, puro diálogo afilado y simple y llano entretenimiento. Esa época tiene el nombre de "Los Hermanos Marx" grabados a fuego. Su genialidad artística y su dosis de caos escénico fueron y son un referente en todo cómico que se tercie. No se entiende la comedia del siglo XX sin ellos.
Nuestro plato goza de obvios elementos marroquíes que nos aproximan de manera natural a una de sus últimas obras - podría decirse que la última gran asociación de los hermanos - llamada "Una noche en Casablanca" Una pequeña joya del slapstick, el screwball comedy y del humor judío grouchiano.
Unos pocos antecedentes...
En 1946 los Hermanos Marx habían alcanzado ya la cima del éxito. La década de los años 30 habían traído sus grandes obras maestras como "Sopa de ganso", "Una noche en la ópera" o "Un día en las carreras" Su humor anárquico y despiadado había cruzado fronteras; se habían metido al mundo en el bolsillo. En los años 40 vivían de los logros cosechados pero todavía tenían una bala en la recámara para despedirse de las pantallas a golpe de carcajada limpia.
"Una noche en Casablanca" aprovechó el tirón de "Casablanca" (rodada 5 años antes) y es el colofón de una trayectoria perfecta. Aquí se reúnen los tres hermanos con toda su ristra de sellos de identidad: humor sarcástico ("Ya sé que la botella está vacía, es champán seco"), gags visuales (memorable la escena del equipaje), pareja de enamorados a los que ayudan a derrotar al villano de turno - el maravilloso Sig Ruman, su clásico enemigo - interludios musicales de piano y arpa, y sobre todo mucho caos alrededor de sus actos. En su locura reside la magia de su talento.
Nuestra cine-receta se traslada a Casablanca con todos sus aromas a zoco. Especias en abundancia que llenan nuestros sentidos para otorgar ese "toque" característico de la gran cocina árabe. Pero en nuestra mente alocada todo respira además "marxismo".
En "Una noche en Casablanca" Groucho acaba regentando el Gran Hotel con la inestimable ayuda de Chico - que tiene un negocio de camellos-taxi - y Harpo, el extravagante esbirro de un magnate codicioso . Un tesoro escondido y deseado por los nariz será el epicentro del cruce de caminos. Pues bien, nuestra tosta brilla a modo de lingotes de oro relucientes gracias a la intensidad de las especias y su tránsito por la plancha. El tapenade picado nos hace las veces de pequeñas joyas esmeraldas.
Y todo se nos muestra en un escenario - el Gran Hotel o la rebanada de pan - en el que confluyen las tramas en modo caótico.
De ese modo nos topamos con un remolino de ingredientes (el pollo, el tapenade, la salsa de yogur, los tomates secos...) que generan todo tipo de situaciones estrambóticas en un entorno formal, casi burgués (su seña de identidad) y se elevan por encima de los convencionalismos.
Esta receta es puro espíritu marroquí y su fusión con los Hermanos Marx se delata con la combinación de sabores y texturas, como eran ellos. Groucho y su diálogos picantes; Chico y su sarcasmo ácido; Harpo y su humor físico y refrescante. Todo cobra sentido.
"Una noche en Casablanca" fue el epitafio cinematográfico de unos cómicos que supieron sacarle una carcajada al mundo en tiempos convulsos (la depresión de los años 30, la Segunda Guerra Mundial...) e hicieron de su pantomima un estilo de vida, un estilo de cine. Nuestra tosta de pollo moruno con tapenade y tomates secos ha pretendido ser el "cuarto hermano Marx" (con permiso de Zeppo) y otorgar al paladar un cúmulo de sensaciones. Tal y como hacían esos malditos genios...