A la hora de hornear, además del control de la temperatura, debemos seguir algunas premisas que harán que nuestro bizcocho, tarta o cupcakes queden perfectos. Nosotros te recomendamos que los sigas al pie de la letra, ¡ya verás la diferencia!
Trucos para sacar el máximo partido a tu horno
Siempre que puedas, hornea colocando tu molde con la masa directamente sobre la rejilla. Eso te asegura que la bandeja no retiene parte del calor que debería llegar hasta tu molde.
Siempre que sea posible, utiliza moldes y utensilios de horneado de colores claros (plata u oro), mejor que moldes oscuros, que atrapan más el calor y hace que se aceleren los tiempos de horneado.
Precalienta siempre el horno antes de utilizarlo. Y no hablamos de encenderlo dos minutos antes… Debes encenderlo y, una vez que llegue a la temperatura que buscas, dejarlo 5 minutos cerrado y vacío para que se reparta bien. Después, ya puedes meter tu molde para hornear. Acostúmbrate a encenderlo en el momento que empiezas a preparar la masa, así le da tiempo para calentarse perfectamente.
Si vas a hornear 2 tandas a la vez de cupcakes o galletas, hazlo poniéndolas en la mitad inferior del horno. A mitad del horneado, intercambia las bandejas entre ellas, y alarga el tiempo de horneado en 2-3 minutos para asegurarte que todos quedan bien preparados.
Hornea siempre piezas de tamaño similar: galletas, cupcakes, bizcochos… Por ejemplo, no pongas galletas de 1cm de largo con otras de 12cm, pues cuando las pequeñas estén hechas, las grandes estarán todavía crudas. Lo mismo con cupcakes y moldes de bizcocho: hornea agrupando siempre piezas de tamaño parecido.
Cuando hornees piezas que contienen levadura química, no abras el horno hasta que no hayan subido. Si lo haces, cortarás el proceso químico y los bizcochos y cupcakes se te hundirán, no subirán bien… Espera siempre 30 minutos antes de abrir el horno en el caso de los bizcochos, y 15 minutos en el caso de los cupcakes.
Los PROBLEMAS más comunes y cómo solucionarlos
Los problemas habituales que podemos encontrarnos al hornear nuestros bizcochos, tartas y cupcakes son los volcanes, los bizcochos hundidos o apelmazados… vamos a ver cómo influye el horneado en ellos y cómo podemos solucionarlos.
“Se me ha hundido el centro”
Normalmente, los problemas de “hundidos” suelen ser por procesos relacionados con la levadura… Si tu bizcocho o cupcakes se han hundido en el centro, puede ser por tres motivos:
¿Has abierto el horno antes de tiempo? Recuerda que sólo puedes abrirlo cuando el bizcocho haya subido a su punto máximo, o cortarás el proceso de la levadura y se hundirá.
¿Has movido el molde mientras todavía estaba la masa cruda? Esto también puede afectar a que un bizcocho suba bien.
¿Estaba el horno demasiado caliente? De ser así, puede parecer que por fuera el bizcocho está listo y al sacarlo, como todavía está crudo, se hunde.
“Mi bizcocho no sube”
El problema de que un bizcocho no suba bien suele deberse a la temperatura del horno, porque ésta sea demasiado baja. También puede ser que no hayas puesto la cantidad correcta de levadura, asegúrate de seguir la receta paso a paso.
“Mi bizcocho parece un volcán”
Cuando un bizcocho sube demasiado en el centro, tanto que parece un volcán, en vez de quedar bien planito, suele ser porque la temperatura del horno es demasiado alta. Lo mismo ocurre con los cupcakes. Para la próxima vez, baja 10ºC la temperatura hasta que consigas que te queden perfectos. Ayúdate de un termómetro de horno para conseguir la temperatura exacta.
“Mi bizcocho está muy seco”
Este problema puede deberse a la misma receta, que le falte líquido… pero si no es así, asegúrate de ajustar perfectamente la temperatura del horno, probablemente esté muy alta.
“Mi bizcocho tiene corteza dura y oscura”
Es porque se ha quemado. Seguramente la temperatura esté muy alta, prueba a bajarla un poquito. Si no, también hay otro truco: cuando veas que el bizcocho ha subido hasta su máximo, en el momento en que empieza a oscurecerse la superficie, abre el horno y ponle encima una hoja de papel albal: así protegerás su corteza y no se quemará.
“Mi bizcocho está agrietado o tiene burbujas en la superficie”
El problema, de nuevo, es la temperatura: seguramente era demasiado alta. Intenta bajarla unos grados la próxima vez, y verás como el resultado es perfecto.
También puedes tener problemas cuando se hornea en alturas muy elevadas. Por ejemplo, si vives en lugares muy elevados, y aún ajustando la temperatura del horno a la perfección tienes problemas. El motivo es que la presión atmosférica es menor, y la presión del calor hace que las células del aire se expandan más rápido, haciendo que el bizcocho crezca desmesuradamente. Para solucionar este problema, si es tu caso, prueba a subir la temperatura del horno unos 20ºC, y hornea tu bizcocho durante unos 5-10 minutos menos de lo habitual.
Otras recomendaciones generales
Vamos a darte algunas recomendaciones generales para que aprendas a dominar tu horno y que tus bizcochos y cupcakes queden espectaculares.
- Lee las instrucciones de tu horno antes de utilizarlo. Sí, sabemos que da pereza, pero es crucial para entenderlo bien.
- Haz ensayos hasta asegurarte de que la temperatura que marca tu horno es real y puedes confiar en él. En este sentido, no te olvides hacerte con un termómetro de horno, será tu nuevo mejor amigo.
- No abras el horno durante el proceso de levado de los dulces. Sólo en los últimos minutos de cocción, podrás abrirlo para intercambiar las bandejas entre sí, para añadir un ingrediente extra… Y hazlo siempre lo más rápido posible, no tengas el horno abierto más de 5 segundos.
- Los últimos minutos de cocción de un bizcocho son cruciales: vigila tus dulces para que no se quemen o se doren demasiado.
- No llenes los moldes en exceso, o el bizcocho se saldrá por los lados. Intenta llenarlos siempre hasta un máximo de 3/4 partes de su capacidad.
- Cuando pinches con un palillo tu bizcocho para comprobar que está cocido, hazlo siempre en su punto central y más grueso. Una vez más, no tengas el horno abierto más de 5 segundos para realizarla.
- Nunca apagues el horno y dejes el bizcocho o cupcakes un rato más para hornear: lo único que conseguirás es un bizcocho reseco. En el caso de las galletas es diferente, puedes sacarlas y dejarlas que enfríen unos minutos, para después volver a meterlas en el horno ya apagado y que se terminen de cocer sin quemarse: así quedarán más crujientes y doradas.
- Cuando saques tu molde del horno con el bizcocho ya cocido, colócalo sobre una rejilla y déjalo reposar entre 5 y 10 minutos, dependiendo de su tamaño. En esos minutos, el bizcocho o cupcakes se asentarán, y es bueno que sea sobre rejilla para evitar la condensación de calor en la parte inferior del molde. Ésta puede llegar incluso a romper tu mármol, ¡así que ten cuidado!
- Espera siempre 10 minutos para desmoldar después de sacar del horno. Y cuando desmoldes, nuevamente, deja enfriar sobre una rejilla para que la circulación del aire por todos los lados del bizcocho lo enfríe mejor, sin condensación de calor.
Y no olvides… conocer tu horno y saber manejarlo supone el 50% del éxito en tus recetas de repostería. Invertir tiempo en conocerlo y dominarlo será una de las mejores cosas que puedes hacer para asegurarte unos postres más que deliciosos.
¡Larga vida a tu horno!