Ya estamos con el calor encima y es normal que no apetezca tanto meterse en la cocina a trabajar, pero siempre hay cosas sencillas que podemos hacer que solo nos llevan unos minutos de estar junto al fuego. Este es el caso de las trufas, una receta muy fácil y entretenida.
Estas ricas trufas de chocolate tienen un pequeño toque de Sheridan´s, una bebida Irlandesa a base de un licor negro compuesto por café y whisky, y otro banco de chocolate con leche, riquísima.
Esta es una de las recetas más sencillas que he hecho, el único inconveniente es que tienes que tener paciencia (cosa que a mi me falta) y no la puedes comer al momento, tienes que preparar la masa con un día de antelación.
Mejor os cuento el paso a paso:
Ingredientes:
- 270g de chocolate para repostería.
- 100g de chocolate negro 72%. (Según gusto)
- 30g de mantequilla.
- 230ml de nata (crema de leche) líquida.
- 1 chorrito de licor.
Para decorar: cacao en polvo y fideos de chocolate.
Elaboración:
Ponemos en un cazo al baño María el chocolate con la mantequilla, vamos moviendo hasta que quede bien fundido y retiramos del fuego.
Calentamos la nata (crema de leche) en otro cazo hasta que esta empiece a hervir, a fuego lento y moviendo de vez en cuando para que no se queme. Cuando la nata (crema de leche) esté lista la dejamos templar unos minutos.
Añadimos la nata (crema de leche) y el licor al chocolate y mezclamos bien.
Por último echamos la mezcla a una fuente amplia y la dejamos enfriar 24h. Si, si, 24h, no podremos comernos esta mezcla tan rica hasta mañana...
Una vez pasadas las 24h, si es que habéis resistido la tentación de comer la masa a cucharadas, es hora de preparar todos los materiales necesarios (que no son muchos) para hacer nuestras frutas.
Necesitamos un par de cucharillas para ir cogiendo pegotes de chocolate del tamaño que queramos y dejarlos en un plato antes de darles forma. Ponemos varios pegotes, los que nos quepan en el plato, y guardamos otra vez la masa en la nevera (si no se reblandecerá demasiado para las siguientes tandas).
A continuación vamos haciendo bolitas con cada pegote, usando las manos, como si fuera plastilina, y las vamos colocando encima del rebozado que queramos, dejando espacio entre ellas para poder manejarlas después.
Como estaremos muy pringados de chocolate, nos lavamos antes de manipularlas.
Ahora las cubrimos bien de virutas o cacao en polvo y las ponemos en sus respectivas capsulitas (En mi caso he usado cápsulas para bombones, pero podrían ser más grandes si pensáis hacer trufas gigantes... ¡oh!¡qué idea!)
Tendremos que repetir varias veces estos pasos, según las trufas que hagamos en cada tanda, pero os aseguro que es muy rápido y sencillo.
Lo ideal es ir metiendo cada tanda de trufas en la nevera una vez acabadas, así se conservarán con la forma y decoración perfecta.
Después de esta elaboración fácil y rápida, el resultado son unas trufas muy cremosas, con el toque justo de amargor del chocolate negro y la pizca de licor.
Con estas cantidades me salieron 30 trufas, pero depende del tamaño que las hagamos. Un tamaño pequeño es perfecto para un día de invitados en casa, todo el mundo puede picar alguna sin que se llene o empalague.
Os animo a hacerlas, solo son diez minutos en la cocina y después a divertirse pringándote las manos. Ya habéis visto que son muy fáciles y ya os digo yo que están buenísimas ;)
¡Espero que os haya gustado y muchas gracias por leerme!
IriHouse