Hace ya casi un mes me cogí unos días de vacaciones que me faltaban y después de mucho pensar de si nos íbamos o no de viaje, nos liamos la manta a la cabeza, hicimos las maletas y nos fuimos al País Vasco. Llevábamos años queriendo visitarlo, pero por una cosa o por otra, nunca encontrábamos el momento adecuado. Este año al fin, hemos cumplido uno de nuestros viajes soñados, y es que no siempre hace falta irse al extranjero para disfrutar de unas buenas vacaciones.
No hay nada negativo que pueda decir a cerca de este viaje, hasta el tiempo nos acompañó. Hubo días en los que incluso llegamos a pasar calor. La gente, los paisajes, la comida... todo, absolutamente todo nos ha gustado muchísimo.
Una de las cosas que mas me emocionaron fue conocer al mismísimo Karlos Arguiñano. Es cierto que estuvimos alojados toda la semana en Zarautz pero ni imaginarme que me lo encontraría por la calle!! Me hizo muchísima ilusión poder conocerlo, es un hombre muy agradable y simpático.
Como mi aniversario de boda (3 años ya!) fue durante nuestra estancia allí, mi marido y yo decidimos celebrarlo por todo lo alto e ir a cenar a su restaurante. Tengo que deciros que el trato fue excelente, el servicio muy bueno y la calidad, bueno, eso fue lo mejor, no dejamos ni las migas!!! Así que para que veáis que no os miento os dejo con todo lo que nos zampamos!
De entrante, y por cortesía de la casa, nos obsequiaron con una Crema de guisantes con trocitos de jamón y chistorra envuelta en pasta brick. Estaba deliciosa!
Seguimos con un Carpaccio de solomillo con foie y lascas de parmesano. Yo nunca había comido carpaccio, de echo siempre me ha tirado para atrás, pero este estaba tan rico! La carne se deshacía en la boca!
Y qué me decis de la pinta de estas Almejas a la marinera? Madre mía, si mi marido hasta mojó trocitos de pan en la salsa de lo rica y sabrosa que estaba!!
Como plato principal nos decantamos por Tacos de rape con salsa vizcaína y txangurro. En un principio nos decidimos por el Bacalao al pil-pil con sus kokotxas con la mala suerte que se les había terminado. Pero el rape no nos defraudó ni un ápice!
Y como no, una gran cena tiene que acabar con un gran postre. Mi marido optó por pedir el Arroz con leche con helado de canela y crujientes.
En cambio yo, me decidí por la Sopa de chocolate blanco con piña asada y helado de frutos rojos.
Espero que os haya gustado, a nosotros desde luego nos encantó. Si vais por allí no dejéis escapar la oportunidad de conocer este magnifico restaurante a los pies de la playa.SÍGUEME EN