Hoy vamos a cocinar uno de los platos típicos de la gastronomía catalana, los calçots (una variedad de cebolla tierna) que normalmente se asan directamente sobre las llamas y luego se mojan o se acompañan con la Salsa Romesco. En esta ocasión utilizaremos estos ingredientes pero vamos a elaborar otra receta alternativa o versión diferente de este plato.
Ingredientes:
10 Calçots
1 Patata
Aceite de oliva virgen extra
Mantequilla
Agua o Caldo
Sal
Pimienta
200 ml. Nata (crema de leche) líquida
Salsa Romesco
Cebolla frita
Elaboración:
En primer lugar vamos a escalibar los calçots. Para ello precalentamos el horno a 200 º C y envolvemos los calçots en papel de aluminio. Al cabo de la ½ hora o cuando comprobemos que estén tiernos los retiramos del horno. Dejamos que se enfríen un poco y luego los pelamos retirando las primeras capas. Reservamos.
En una cazuela echamos un chorrito de aceite y una nuez de mantequilla. Añadimos la patata cortada a trozos. Damos unas vueltas durante unos minutos y seguidamente agregamos los calçots igualmente troceados. Removemos de nuevo y pasados unos 5 minutos echamos el caldo o agua hasta cubrir por encima. Dejamos cocer 20 ó 25 min. hasta que la patata esté tierna y entonces retiramos del fuego.
Trituramos con la ayuda de la batidora o robot de cocina para conseguir una crema fina y de textura homogénea. Añadimos el chorrito de nata (crema de leche) líquida y removemos. Comprobamos y rectificamos de sal y pimienta. Reservamos y enfriamos en nevera.
Para montaje hemos elegido unos vasitos. En el fondo de éstos ponemos un dedito de Salsa Romesco y por encima echamos la crema de calçots. Decoramos con un poquito de cebolla frita para darle un toque crujiente.
Otra opción que os damos para el montaje es verter nuestra crema de calçots en el plato y por encima echar un cordón generoso de la salsa romesco. Os podemos asegurar que la mezcla de la crema con el romesco juntos está riquísima y muy sabrosa.