De vez en cuando encuentro cangrejos de río en la pescadería de un hipermercado (en Carrefour sin ir más lejos). No tengo ni idea de dónde vienen, si son de la isla o de fuera, pero siempre me han gustado y no me puedo resistir si los veo. Cuando era niña solíamos ir a un restaurante en Navarra que los hacía cuando era temporada de pesca y estaban de muerte lenta. Salíamos con los dedos arrugados de tanto chuparlos porque esto se come con las manos o no se come, no hay tu tía.
Los que venden por aquí están ya cocidos, y nunca están tan buenos como yo los recordaba, pero es lo único que hay. Por un lado los prefiero cocidos porque yo no sería capaz de cocinarlos vivos, pero por otro lado el sabor no tiene punto de comparación. Pasa lo mismo con los langostinos o gambas que se venden cocidos, nunca tendrán el mismo sabor que si se cuecen en casa.
Lo que sí podemos hacer es una buena salsa de tomate con un buen sofrito y su puntito de picante, que es como yo los he comido siempre. Y eso es lo que me apetecía enseñarte hoy, la típica receta de cangrejos de río con tomate, y si tienes la suerte de comprar unos cangrejos que sepan a lo que tienen que saber, todo el mundo acabará la comida con los dedos arrugados.
Ingredientes:
- 1 kg. de cangrejos de río cocidos
- 1 cebolla
- 1/2 pimiento verde
- 1/2 pimiento rojo
- 800 gr. de tomate triturado
- 2 guindillas cayenas
- sal y una pizca de azúcar
- aceite de oliva
Elaboración:
1. Hacer un sofrito con la cebolla y los pimientos cortados en brunoise (en daditos pequeños) a los que añadiremos un par de cayenas, con un poquito de aceite de oliva. Que no te gusta el picante, pues no le pones nada, o le pones una o media... a tu gusto, vamos.
2. Cuando el sofrito esté bien pochado y veas que la cebolla está transparente, añadimos el tomate triturado que sazonaremos con sal y un poco de azúcar para contrarrestar la acidez.
3. Dejaremos hacer el tomate un buen rato, por lo menos media hora larga.
4. Como los cangrejos están ya cocidos los añadiremos a la salsa de tomate en cuanto ya esté hecha y los dejamos unos cinco o diez minutos por lo menos para que suelten el jugo y se mezclen bien los sabores.
Y listo para chuparse los dedos.
El pan es imprescindible
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