En Navidades, nos sobró mucho pan.
Cualquier domingo de comida familiar, nos sobra pan.
Pero nada de tirar a la basura! sería un gran error!
Es cierto que el pan al día siguiente ya no es tan apetecible para comerlo tal cual, pero se puede reutilizar de muchas maneras. Es un alimento muy aprovechable!
Así que os voy a contar unas cuantas ideas magníficas para ese pan duro:
1. Pan rallado. De toda la vida se ha utilizado un rallador, pero hoy e día se ahorra tiempo y se ensucia menos con un robot de cocina para triturarlo. Se introducen los trozos de pan, en mi caso utilizo Thermomix (4 golpes de Turbo y después 5 segundos velocidad 6), hasta que se forma una fina cantidad de pan rallado.
Es importante que el pan esté bien duro y seco para rallarlo.
Y si encima lo mezclamos con kikos triturados...sí, sí, con kikos triturados...tendremos una mezcla perfecta para un empanado crujiente, por ejemplo de filetes de pollo o de trozos de queso camembert.
2. Picatostes.
También podemos aprovechar el pan como guarnición de purés y cremas. Se corta en rodajas gruesas y, después hacemos dados. Los freímos en abundante aceite y, justo cuando se doran, se sacan de la sartén a un escurridor para que eliminen el exceso de aceite.
De esta manera, se consiguen unos sencillos y deliciosos picatostes.
3. Tostadas.
¿Y si comenzamos la mañana del día siguiente con unas buenas tostadas? Yo me las pido acompañadas de tomate triturado y aceite de oliva! Para hacerlas, cortamos en finas rodajas, "vuelta y vuelta" en una sartén antiadherente, sin nada de grasa, o las colocamos en una tostadora.
4. Sopas de ajo. Le rechiflan a mi marido! Y es todo un experto en hacerlas :)
Es una buena manera de cocinar un gran primer plato para comer o un plato único para cenar.
Para hacerlo, cortamos el pan en finas rodajas y lo reservamos ya en la cazuela de barro en la que se va a servir (la típica cazuela de sopa castellana).
Sofreímos un par de ajos pelados, laminados o enteros (depende de lo que os guste más) y una vez dorados, añadimos taquitos de jamón y pimentón de la Vera (dulce o picante, eso también al gusto de cada uno).
Ojo! Hay que tener en cuenta que el pimentón se quema enseguida, así que se retira del juego casi al momento de haberlo echado.
Lo siguiente es añadir agua (aproximadamente 2 vasos y medio) y tenerlo de nuevo en el fuego hasta que rompa a hervir. En ese momento, se añade media pastilla de caldo de ave (hay quien añade caldo en lugar de pastilla y es igual de válido) y se remueve muy bien.
Último paso, incorporar un huevo y se deja cociendo 1 minuto.
Volcaremos todo sobre el pan de la cazuela de barro y...lista! para estos fríos días de invierno sienta de maravilla!
Hay muuuuchas más ideas, como migas, salmorejo, sopas de leche, flan...pero os lo contaré detalladamente en otras entradas.
Por cierto, otra opción para ese pan duro, y que a mis niñas les encanta, es llevar ese pan a un estanque que tenemos cerca de casa para dar de comer a los patos, palomas, peces...¿A qué niño no le encanta ese momentazo en un día de sol? jeje!
Un beso para todos!