A finales del verano, y sobre todo, al principio del otoño, es por excelencia, la época o temporada de los robellones o níscalos, y si es un buen año, como este ha sido, se cogen muchísimos.
A todos los que nos gustan ir al monte a coger robellones, nos encanta que llueva bastante a finales del verano, ya que eso significa que en otoño habrá una buena temporada de setas. Yo suelo ir a los bosques de Teruel, por Mosqueruela, Puertomingalvo, Cantavieja.....es una zona perfecta para coger; ahora, eso sí...hay que madrugar, llegar cuando aún no ha amanecido, y nada más sale el sol subir por la montaña, y sin levantar la cabeza, por si te dejas alguno, ir recorriendo los bosques con la cesta en una mano y la navajita en la otra.
A principios de octubre fuimos a por robellones y nos vinimos cargados, en menos de dos horas llenamos dos cestas.
Hay muchas recetas que se pueden hacer con los robellones, como un Guiso de conejo con robellones y caracoles, o de Costilla con robellones y patatas, una rica Frittata de brócoli y robellones, unas deliciosas Croquetas de robellones, o simplemente Robellones salteados al ajillo.....
Pero si tenemos muchos, o queremos tener robellones en casa todo el año para hacer diferentes recetas, debemos conservarlos de una manera u otra.
En esta entrada os enseño 6 maneras diferentes, unas en conserva, otras congeladas, otras deshidratadas y otra en polvo.
Antes de empezar con las técnicas de conservación, vamos con la preparación de las setas:
Lo primero es limpiarlas bien de la tierra que puedan tener, se recomienda no limpiarlas con agua, se deben limpiar con un cepillo para quitar la tierra que tenga pegada, aunque yo suelo lavarlas un poco con agua, me quedo más tranquila, luego las secas bien y ya está.
Si no tienen gusanos puedes utilizarlas enteras, pero si ves que el sombrero está con gusanos tienes que seguir cortando en trozos pequeños hasta que queden limpios.
Separa en grupos la cantidad de robellones que quieras conservar para cada manera.
Técnicas de conservación:
Conservar en botes de cristal:
Los podemos conservar de dos maneras: Cocidos casi naturales o Cocinados, por ejemplo, al ajillo.
Para cualquiera de las técnicas, debes limpiar y cortar los robellones en trocitos.
1) Cocidos, casi crudos:
Esta manera de conservar las setas, nos permite cocinarlos después como queramos.
Pon una cazuela al fuego con abundante agua, sal y alguna hojita de laurel.
Cuando el agua empiece a hervir añade un puñado de robellones, espera 1 minuto y saca enseguida con una espumadera o colador. Haz lo mismo con el resto de los robellones que quieras conservar de esta manera. No los tengas más tiempo que se pasarían.
Ves poniendo los robellones pasados por el agua hirviendo en botes de cristal estirilizados, puedes ver como hacerlo si pinchas aquí, añade el agua de cocción hasta cubrir las setas.
Tapa los tarros de cristal y colócalos en una olla con agua hirviendo, deja que cuezan durante unos 50 minutos.
Pasado el tiempo, saca de la olla los tarros y deja que se enfríen boca abajo.
Cuando estén fríos puedes guardarlos en la despensa.
2) Cocinados Fritos al ajillo:
Otra manera es cocinar los robellones antes de conservarlos en los botes, así cuando los abras, estarán casi listos para su consumo o para añadir a alguna receta.
A mi esta técnica es la que más me gusta porque quedan muy jugosos.
Pon una sartén al fuego con aceite de oliva virgen.
Pela y pica 2 o 3 ajitos en trozos muy pequeños.
Añade los ajos a la sartén y sofríe unos segundos, antes de que cambien de color añade las setas a la sartén y deja que se cocinen durante unos cinco minutos para que tengan ese punto de cocción, pero sin pasarse.
Deja que se enfríen un poco y ves echando los robellones en los botes de cristal.
Llena los botes con aceite del sofrito añadiendo más aceite crudo si te hiciera falta y cierra los tarros.
Ponlos al baño María como en la técnica anterior.
3) Conservar congelados:
Para conservar las setas congeladas puedes hacerlo también de dos maneras, o bien cocidos casi crudos, o cocinados.
No es conveniente congelar las setas al natural porque contienen mucha agua y al descongelarse se quedarían en nada.
Limpia y corta los robellones en trocitos.
Cocina en una sartén como hemos explicado en la conserva al ajillo.
Deja que se enfríen bien.
Guárdalos en una bolsa hermética de congelación.
4) Conservar deshidratados:
Limpia los robellones y córtalos en trocitos finos.
Pon todos los trozos de setas en una bandeja de horno sobre papel sulfurizado.
Ahora puedes dejar que se sequen al aire libre hasta que veas que están secos, o hacerlos como he hecho yo en la freidora sin aceite a 50º durante 1 hora o más, hasta que estén deshidratados. También puedes usar el horno con aire o un deshidratador de alimentos.
Una vez deshidratados, puedes guardarlos en un bote, o triturarlos para convertirlos en polvo de setas, para aderezar guisos, carnes a la plancha, para mezclar con sal....
5) Deshidratados y triturados:
El triturado puedes hacerlo más o menos fino, que quede en trocitos para echar en ensaladas o salsas.
6) Polvo de robellones:
O triturarlo hasta que quede en polvo......como una especia.
Si te gusta cualquier tipo de setas de temporada, puedes conservarlas todo el año con alguna de estas técnicas.
Espero que te guste.