Por fin en España nos echamos a comer a las calles también en invierno. Siempre me llamó la atención que en lugares como París, las terrazas estuvieran puestas todo el año y la gente se sentara en los cafés y las brasseries sin miedo al froid ni la pluie mientras que aquí, que tenemos un clima maravilloso, sólo sacáramos las sillas y las mesas a las calles a partir de abril. Quiero pensar que hemos aprendido a aprovechar la ventaja de la latitud, aunque no puedo evitar encontrar coincidencia temporal entre las terrazas en cualquier época del año y la prohibición de fumar en los establecimientos de hostelería... Sea por el motivo que fuere, viva la comida al aire libre en un día de sol por muy diciembre que sea. Nosotros hemos despedido el otoño un 20 de diciembre en MadrEAT.
MadrEAT se celebra el tercer fin de semana de cada mes. Bueno, esto es la norma general porque desde que comenzó en octubre, no ha tenido edición de noviembre y ha regresado en diciembre. Así que os recomiendo que si os queréis acercar en enero, confirméis primero en su página web la celebración y la ubicación ya que ésta no ha sido la misma en las dos ediciones que ha habido hasta ahora... Así que este párrafo os ha dado poca información. Lo sé.
El caso es que este mes estaba en AZCA una zona de oficinas y comercial. A mí particularmente la ubicación me parece muy americana de un día de diario. Los oficinistas de las grandes torres suelen comer al aire libre algo rápido en los aledaños de los rascacielos. Si os dais una vuelta a eso de las 12h00-12h30 por el Financial District de Manhattan, veréis muchas señoras con traje de chaqueta y mucho encorbatado sentados en las escalinatas de los edificios o en bancos al sol comiendo delicias compradas en puestos callejeros.
Tanto es así, que en EEUU está triunfando una idea de unos emprendedores españoles que consiste básicamente en una funda de plástico para la corbata (ver vídeo tietop) porque claro, comerse un perrito con su mostaza y su ketchup sentado en unas escaleras, por muy para delante que te eches para que los goterones caigan al suelo, tiene el riesgo de que la corbata quede colgando y sea la que recoja... A mí lo que me parece que tiene más mérito de la idea es haber hecho que la gente olvide que existe el clásico pisacorbatas, tan clasicorro y anticuado en su uso como queráis, pero que yo veo mejor que ponerle un gorro de ducha a la corbata... pero vamos, que si se trata de emprendedores españoles, espero que vendan mucho mucho...
Volviendo a MadrEat encuentro que, para un fin de semana, el parquecito que hay alrededor de la Torre Picasso era muy agradable, pero sospecho que la afluencia de público ha sido baja, porque casi nadie se acerca por las torres en un día no laborable.
Pero la clave de MadrEAT no es ni su ubicación, ni si el público es oficinista o no. La clave es que se puede comer de un puesto de la calle y disfrutar de una auténtica delicia. Si, como yo, tenéis un poco asociada la comida servida en la calle con el chino que sacaba los bocatas de panceta que tenía escondidos detrás de una papelera (cuenta la leyenda urbana que también los guardaban dentro de la papelera) a partir de las 3 am en plena Gran Vía, tenéis que quitaros esa idea.
MadrEAT es otra cosa. En MadrEAT hay estrellas michelín en un camión. Hay cocina internacional, hay comida tradicional, hay dulce, salado, hay showcooking y demostraciones de cocina delante de tus ojos. Hay salado y hay dulce. Y hay aire libre, que es de lo que se trata, de comer en la calle.
El espacio está organizado con los camiones y puestos de distintos tipos de comida a lo largo de hileras. Y en zonas abiertas y espaciosas se colocan mesas para poder sentarse disfrutar los manjares. Hay también unas gradas de lo más agradables en las zonas de sol.
Si vas con niños a los que les gusta todo, pues es una oportunidad de experimentar. Si no, siempre hay la opción "fácil" pero no por ello de peor calidad. Nosotros compramos para ellas una pizza cuatro quesos horneada con leña en el propio camión que estaba espectacular. El clásico puesto de perritos calientes no podía faltar, aunque la variedad que ofrecían daba para estar media hora decidiendo. Hay croquetas, empanada, japonés, tailandés, comida estadounidense sureña (me quedé con tremendas ganas de probar el Gumbo típico de New Orleans que servían acompañado de una caña de Estrella Galicia #vivalacocinafusión)
Pero finalmente me llamó el japonés L"Artisan en el que me prepararon una baguette de panceta ahumada asada a baja temperatura con una mayonesa picante, cebolleta encurtida y cilantro. Estaba muy muy buena, aunque como veis, too much cilantro para mi gusto. La bolsitas de papel de inspiración origami que tenían en el mostrador y en las que te entregaban el pedido me conquistaron.
Porque MadrEAT también es eso, es estética, todo está cuidado. Se insiste en la idea de que comida callejera no es comida cutre. No tiene por qué serlo (olvida el chino de Gran Vía, olvida la papelera).
Así que, a comer a la calle, a disfrutar del sol aunque haga frío. Que además de comida para entrar en calor, hay música para bailar.
Pues nada, os dejo con unas fotillos más del ambiente de MadrEAT y os animo a que os deis una vuelta por la próxima edición, yo lo haré sin duda.
Os quiero enviar desde esta despedida del otoño, mis mejores deseos para el año que viene. El 2015 promete.Felices Fiestas
Adiós Otoño Adiós. Nos vemos el año que viene.