¡Hola a tod@s!
Ayer ya pudisteis ver que en conextradequeso nos hemos puesto el delantal de otoño oficialmente. Aunque quede algún coletazo del verano, con la lluvia y el fresquito que empieza a hacer, ya apetecen cosas calientes, de puchero, con su salsa riquísima para mojar? ¡¡Abajo con la operación bikini, unámonos a la operación Papá Noel!! ¡Qué nooo, qué es broma!! Es casi lo mejor de todo, que además son recetas súper sanas. Es verdad que no son ligeras como las ensaladas pero, ¿acaso nuestras abuelas iban a estar equivocadas?
Espero haberos convencido y que os apuntéis a la cocina de toda la vida durante los próximos meses. Y qué mejor para empezar que unas albóndigas de ternera al estilo de la abuela :). Pero antes de ponernos manos a la obra, quiero romper con otro mito, este tipo de recetas no son complicadas, necesitan más tiempo de cocinado, pero con una buena guía (para eso estamos nosotras) y ganas, ¡están chupadas! ¿Comenzamos?
Ingredientes para 4 personas…
PARA LAS ALBÓNDIGAS… 400g. de carne picada de ternera (mejor que de mezcla).
2 dientes de ajo.
1 rebanada de pan de molde bañada en leche.
100ml. de vino blanco.
Sal, pimienta y perejil picado.
Harina para rebozarlas y aceite de oliva para freírlas.
PARA LA SALSA… 150g. de cebolla.
2-3 dientes de ajo.
150g. de zanahoria.
400g. de tomate natural triturado.
200ml. de vino blanco.
500ml. de caldo de carne.
Sal, perejil picado y pimentón picante.
PARA ACOMPAÑAR… 500g. de patatas.
1 lata de guisantes.
Con las manos en la masa…
Empezamos preparando las albóndigas: echamos en un bol la carne de ternera, los dos dientes de ajo muy picados, perejil (2-3 cucharadas soperas), el vino blanco y la rebanada de pan de molde que tenemos remojando en leche. Antes de poner esta última en la mezcla, escurridla bien y desmenuzadla, que no queremos encontrar trozos grandes. Salpimentamos y trabajamos el conjunto hasta que todo se haya integrado perfectamente. Dejamos reposar unos 20 minutos.
Mientras tanto, picamos los ingredientes de la salsa: la cebolla, el ajo y la zanahoria. Los trozos de cebolla tienen que ser muy pequeños, de esta forma no será necesario utilizar el pasapurés.
La carne ya estará lista para continuar. Con las manos, limpias por supuesto, hacemos pelotas de un tamaño medio y las pasamos por harina. Como podéis ver en la foto a mí no me gustan muy pequeñas, pero eso cómo cada uno prefiera, ¡es vuestra cocina! Las freímos en una sartén hasta que estén doradas. Reservamos.
En el mismo aceite de las albóndigas (punto importante para conseguir el máximo sabor) pochamos la cebolla, el ajo y la zanahoria. Cuando la primera esté transparente, incorporamos el tomate triturado, una cucharadita de café de pimentón picante, sal, el vino blanco y el caldo de carne. Cuando el conjunto esté hirviendo, añadimos las albóndigas y dejamos cocer durante 30 minutos a fuego medio. Incorporamos las patatas fritas, los guisantes y lo dejamos otros 10 minutos para que absorban todo el sabor.
Cuando veáis que la salsa ha reducido y ha adquirido una consistencia perfecta para mojar pan, ¡están listas para servir!