Uno de ellos mi hermano mayor, Quim, un gran gourmet, con un gran paladar y que me enseñó muchas cosas.
El origen de nuestro blog...
Yo tuve un blog con anterioridad a este (suena a yo tenía una granja en Africa). Se llamaba Recetas y Relatos. En él no sólo hacía recetas, si no que además escribía. Relatos cortos, poemas, pensamientos. Pero por aquel entonces no sabía nada de la vida blogger y tenía la sensación de que no me leía nadie y yo quería compartir. Eso junto con una repentina falta de inspiración para escribir hizo que de un plumazo lo borrara porque soy impulsiva como yo sola. Pero me quedó el gusanillo, así que un año después empecé con este.
El origen de su nombre...
Cuando pensé en qué nombre ponerle, todos los que se me ocurrían estaban ocupados. Por aquel entonces (lo sé no hace ni un año) aún no sabía qué era el SEO, pero lo que si tenía claro es que tenía que ser un nombre que al escribirlo apareciera en primer lugar y estuviera relacionado con la cocina. Ahora he aprendido más cosas y se que el nombre no es lo importante. ¿Por qué de limón? Porque coulís de fresa, de frutos rojos, está por todos lados y una vez vi que estaba libre ya no perdí más tiempo pensando un nombre.
La historia que lo envuelve...
Cuando ya llevaba un par de meses con el blog empecé a ser consciente del trabajo que me iba suponer y entonces aún no sabía nada, pero trabajando 8 horas y media diarias, estando fuera de casa los fines de semana, me veía incapaz de hacer como mínimo dos recetas a la semana y una me parecía poco. Además al principio iba loca buscándole una estética al blog que terminé por encargar, porque que queréis que os diga, he aprendido mucho, pero el diseño no es lo mio.
Así que hablando con un compañero de trabajo al que tengo mucho aprecio me habló de su cuñada Conchi y de lo bien que cocinaba. Y como yo buscaba una compi de blog, quedamos para tomar café y me enseñó fotografías de pasteles que había hecho. Quedé maravillada. Así que como ya os conté en su día pasamos de ser una loba solitaria a dos compis de blog. Cada una con su estilo que es lo bueno, aunque hemos despistado a más de uno/a al principio.
Mi madre era una gran cocinera, al igual que mi abuela, pero en la época en que podía aprender no me interesaba en absoluto, de hecho siempre le decía "yo como para vivir, no vivo para comer" ante su insistencia en que comiera, porque sólo me alimentaba de bocadillos, eso si de jamón. Y siempre me ha quedado la pena y ahora más, de no haber estado a su lado aprendiendo y de no tenerla conmigo para preguntarle cómo hacía esas maravillas en la cocina. Mi madre escribió un libro de cocina menorquina que no supieron promocionar y de algún modo quería yo también tener mi propio libro virtual en su honor. Además así sólo me falta subirme a un helicóptero para cumplir con eso de tener un hijo, plantar un árbol, escribir un libro y subirse en helicóptero. Y luego ya te puedes ir al otro barrio. Por eso no me subo a un helicóptero, no sea...
El motivo de su creación...
Empecé este blog con un propósito muy claro, mejorar en la cocina. No he sido nunca una gran chef, sólo apañá, pero desde que tengo el blog, aunque se que estoy a leguas de distancia de bloggers con un talento espectacular, puedo decir con cierto orgullo que en mi entorno particular han notado la diferencia y ahora me miran de otra manera, hasta con respeto, jajaja.
Reconozco que he tirado muchos inventos a la basura porque eran incomibles, pero quiero experimentar y cada vez que invento tengo la posibilidad de que me salga bien y me esfuerzo por ser creativa, por mejorar cada día, por aprender algo nuevo o como dice el dicho, nunca te acostarás sin saber una cosa más. Así que este blog es mi escuela particular y a través de otros blogs fabulosos viendo programas de cocina, comiendo en restaurantes, aprendo siempre algo, es un reto, es una motivación, aunque me sigue fallando la estética y la manga pastelera, que mira que se me resiste la puñetera.
Y mi sueño sería que me tocara la lotería para irme a la escuela Le Cordon Bleu y aprender mucho, muchísimo porque no hay nada que me haga más feliz que cocinar y que a los demás se les ilumine la cara cuando se lo comen, ver a los demás felices me hace feliz a mi y se que el esfuerzo ha valido la pena, porque la cocina bien hecha, no nos engañemos, es laboriosa.
Y por último a receta, inspirada en un plato que sirven en la Taberna del Clínic. No es exactamente el mismo, porque el original lleva un carpaccio de gambas que envuelve las alcachofas y un crujiente de alcachofas por encima y es un tres texturas. Pero se le parece bastante.
Así que vamos con la receta de mi hermano Juan.
10 alcachofas
1 diente de ajo
1 cebolla pequeña
20 grs. de piñones
20 grs. de pipas
50 ml. de Pedro Ximenez
Caldo de pollo
Butifarra negra
Quitamos las hojas duras de las alcachofas y les cortamos el rabo. Dejamos sólo la parte tierna. Las cortamos en cuatro trozos y las ponemos en el horno cubiertas de aceite caliente con el horno precalentado a 90º y las confitamos durante 1 hora o hasta que estén tiernas. Podemos comprobarlo pinchando con un palillo de brocheta.
Mientras preparamos la crema de alcachofa. Picamos la cebolla en brunoise y el ajo pequeño y pochamos hasta que la cebolla esté transparente. Añadimos las 6 alcachofas restantes que habremos limpiado como las anteriores, dejando sólo la parte tierna. Añadimos los piñones y las pipas, removemos y añadimos el Pedro Ximénez. Dejamos evaporar el alcohol y le añadimos caldo de pollo hasta cubrir. Dejamos cocer unos 20 minutos o hasta que las alcachofas estén tiernas. Batimos con la batidora y colamos con un chino.
Freímos sin aceite la butifarra y disponemos en el plato poniendo primero la crema, las alcachofas confitadas en medio y la butifarra por encima. Si no os gusta le podéis poner jamón, también estará muy bueno.
Si no queréis que se os pongan negras las alcachofas y no queréis que os cojan gusto a limón, las podéis sumergir en agua con unas ramas de perejil.
Espero Mica que te haya gustado nuestra aportación a esta iniciativa tan bonita que has organizado. Y a vosotr@s también.
¡Nos vemos el Lunes! Feliz finde.
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