La receta de hoy es la última versión que he probado y la encontré en el libro Wok de Linda Doeser. La combinación de sabores me ha parecido espectacular con el picante de la guindilla y el chile, el frescor del jengibre y la lima y el dulzor de la miel. Impresionantes.
DIFICULTAD: fácil
TIEMPO: 30 minutos + 2 horas de marinado
INGREDIENTES
- 12 alitas de pollo (muslito y punta)
- 1 lima
- 1/2 guindilla/cayena fresca (o 2 secas)
- 1 cucharadita de chili en polvo
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 4 cucharadas de aceite de girasol
- 2 cucharadas de salsa de soja
- 3 cucharadas de miel
PREPARACIÓN
- Picamos muy finamente la cayena y la mezclamos con el chili en polvo, el jengibre y la piel de la lima rallada. Untamos las alitas con la mezcla anterior y las metemos en una bolsita de congelación. Dejamos en la nevera durante dos horas para que se cojan bien el sabor.
- Freímos las alitas de pollo en una sartén con aceite bien caliente. Las haremos en dos tandas utilizando la mitad del aceite cada vez.
- Una vez fritas las alitas subimos la temperatura a la sartén y volvemos a poner en ella las alitas. Añadimos la soja y la miel, mezclamos el conjunto. Pasado un minuto retiramos y servimos inmediatamente con la salsa que haya quedado en la sartén por encima.
* La salsa hay que servirla de inmediato, si no se espesa y no se puede repartir tan uniformemente.
* La receta original llevaba cilantro, pero yo lo he omitido porque no me gusta. Si lo queréis añadir, ponedlo en la sartén justo antes de incorporar las alitas por segunda vez.
* Con los ingredientes de la receta el punto de picante es suavecito si te gusta que pique. Si no quieres que pique, quita la guindilla y el chile, o pon sólo una pizca de cada.
* No hace falta añadir sal porque la salsa de soja ya tiene suficiente.
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