Las almendras garrapiñadas me traen recuerdos de cuando era pequeña... Bueno, y de ahora que no lo soy tanto. En mi pueblo, durante las fiestas reparten unas bolsas de frutos secos y caramelos en las que, entre otras cosas, vienen almendras garrapiñadas y, es llegar a casa con la bolsa y no parar hasta acabar con ellas.
También las recuerdo en bolsas alargadas en los puestos de las ferias. Éstas, con un ligero tono rojizo cuya razón debía ser que se utilizase algún tipo de colorante en el almíbar.
Pero, en la receta que os dejo hoy, he prescindido de colorantes. Están preparadas de forma natural y una vez que las pruebes te aseguro que las harás más de una vez.
Desde que he aprendido a prepararlas, tengo una gran fan de mis almendras garrapiñadas: mi abuela. Le gustan tanto que, se encarga de tenerme bien aprovisionada de almendras crudas para que vaya preparando más.
-250 gramos de almendras crudas.
-250 gramos de azúcar.
-250 ml. de agua
En una cacerola, a fuego medio, pondremos las almendras, el azúcar, y el agua. El azúcar se disolverá en el agua, y éste empezará a tomar el color de la piel de las almendras.
Ponemos en una olla la misma cantidad de almendras, agua y azúcar.
Se irá formando un almíbar con el agua y el azúcar y cuando comience a hervir (veremos como empieza a burbujear) lo bajaremos al mínimo, sin que el almíbar deje de hervir. Removeremos constantemente con la ayuda de una cuchara de madera para no quemarnos.
El almíbar comienza a hervir. Bajamos el fuego al mínimo y no paramos de remover.Notaremos como a medida que se va evaporando el agua, nos costará más seguir removiendo. Y llegará un momento en que la consistencia del almíbar se vuelva arenosa. Seguiremos removiendo, con cuidado de no romper las almendras, pero sin parar.
Subiremos un poco el fuego, no mucho, y seguiremos removiendo. De esta forma, al aumentar un poco el calor el caramelo de aspecto arenoso volverá a hacerse ligeramente líquido para pegarse poco a las almendras.
El almíbar cambia su textura y se vuelve arenoso. Subimos un poco el fuego.
Cuando veamos que las almendras empiezan a garrapiñarse, quedando sueltas las unas de las otras, será el momento de sacarlas.
Al subir el fuego, vemos que en el fondo el azúcar se vuelve caramelo. Seguir removiendo hasta conseguir el garrapiñado. ¡Ya casi está listo!Las pondremos sobre un papel vegetal de horno o sobre una bandeja. Tened cuidado de no tocarlas y, mucho menos, de comerlas recién sacadas porque corréis el riegos de quemaros con el caramelo.
Pasado un par de minutos, podéis separar con cuidado las que se hayan pegado entre sí.
A tener en cuenta:
- El caramelo alcanza altas temperaturas, así que bajo ningún concepto lo toquéis directamente hasta que no se haya enfriado.
- Os recomiendo hacer, como máximo 250 gr., cada vez (teniendo en cuenta las cacerolas y ollas que solemos tener en casa). Además con estas medidas podréis manejarlas mejor cuando el caramelo empiece a pegarse a las almendras.
- Es fácil recordar la receta de almendras garrapiñadas porque las cantidades de los tres ingredientes son las mismas.