Pero es que con la que os traigo hoy me ha costado casi una hora!
Y es que con cada una de ellas se me cae la baba, no puedo evitarlo, es el efecto que las tartas de queso me producen. Así que entre eso y en pensar qué foto refleja mejor la textura y cremosidad que caracteriza a este tipo de tartas, la tarde se ha pasado volando, si es que me faltan horas!
Total, al final he decidido que voy a poner todas las fotos que pueda, para que nada más verla os entren ganas de correr a la cocina y lanzaros a por los ingredientes necesarios para preparar esta "American cheesecake".
Esta vez no hubo angelitos ni demonios de última hora, sino que tenía clarísimo cómo iba a gastar el bote de mermelada que nos venía en una de las últimas cajas Degustabox. Se trata de una mermelada sin grumos ni pegotes y más líquida que de normal. Pero no fue una elección muy acertada, ya que al no ser tan espesa, cuando corté la tarta, la mermelada empezó a chorrear como si fuera un volcán con su lava, y ahí estaba yo intentando que no se derramara para que las fotos salieran decentes. Y de sabor, creo que me decanto más por la de arándanos.
Para la próxima, ya lo sé ;)
Esta versión de las tartas de queso es, sin duda alguna, mi favorita. Todas me gustan, pero esta ME ENCANTA. Menos mal que opto por hacerlas en moldes pequeños para que el pecado no dure tanto en mi cocina, pero aunque no fuer así, creo que nunca me cansaría de ellas.
En resumen, I LOVE CHEESECAKES :)
El éxito de esta tarta se lo debo al blog Un poquito de rocio, cuya receta me enamoró desde el principio, ya que cumple con las condiciones que las cheesecake deben tener para que me enamoren: una buena base de galleta, un relleno bien hecho, denso y cremoso, y una buena capa de mermelada. Así que sin pretenderlo se ha convertido en mi receta fetiche :)
Y sin más preámbulos, aquí os dejo la receta.
Ingredientes:
Para la base de galletas:
200 gramos de galletas Digestive
70 gramos de mantequilla
Para el relleno:
3 huevos
350 gramos de queso Philadelphia
1 cucharadita de esencia de vainilla
160 ml de leche condensada
200 ml de nata (crema de leche) para montar
Para decorar:
1 bote de mermelada de frutas del bosque
Elaboración:
Precalentamos el horno a 190º.
Empezamos con la base de galletas. Trituramos las galletas y en un bol las mezclamos con la mantequilla previamente derretida en el microondas unos segundos hasta que estén bien integrados. Cubrimos la base de nuestro molde de manera uniforme y reservamos en el congelador.
Para preparar el relleno, echamos en un bol los huevos, el queso, la esencia de vainilla, la leche condensada y la nata (crema de leche) para montar. Lo batimos hasta que nos quede una mezcla homogénea sin grumos.
Sacamos el molde del congelador y vertemos esta mezcla en él. Horneamos unos 45 minutos. Pasado el tiempo, comprobamos con un tenedor que la parte del centro esté hecha. Apagamos y sacamos del horno. La dejamos enfriar en el molde a temperatura ambiente, ya que si la introducimos directamente a la nevera corremos el riesgo de que se agriete por el cambio de temperatura. Sólo cuando haya enfriado, metemos en la nevera y reservamos. Yo siempre la sirvo un día después, ya que les viene genial ese tiempo en la nevera para que se asiente y acabe cogiendo la consistencia necesaria. Cuando la vayamos a servir, cubrir con la mermelada.