En casa los llamamos “Arbolitos” y si te gusta la coliflor, te recomiendo probarla así, esta es una de esas recetas que cuando las haces no queda nada, nada.
Ingredientes:
1 coliflor.
harina de témpura.
aceite y nuez moscada.
sal y pimienta.
Ponemos una cazuela grande con agua al fuego y esperamos a que rompa a hervir.
Mientras tanto, vamos partiendo, con las manos, nuestra coliflor en arbolitos más o menos del mismo tamaño y los lavamos bajo el grifo.
Cuando cueza el agua de la cazuela escaldamos los arbolitos de coliflor. Ya sabéis, escaldar es echarlos en el agua hirviendo y sacarlos cuando veamos que el agua recupera temperatura y vuelve a hervir.
Dejamos que escurran el exceso de agua muy bien los arbolitos sobre papel de cocina y que se enfríen de nuevo.
Mientras se enfrían y escurren los arbolitos, vamos preparando la harina de tempura para utilizarla de la forma que explique el fabricante en el envase.
Preparamos una sartén amplia y la ponemos al fuego con abundante aceite.
Cuando los arbolitos estén fríos y secos los salpimentamos, espolvoreamos con una pizca de nuez moscada y los vamos rebozando en la masa de témpura que tendremos preparada.
Los iremos friendo en la sartén a fuego vivo pero no demasiado. No debemos dejar que se arrebaten porque se ponen negros por fuera y no quedan hechos por dentro. Necesitan su tiempo en la sartén, mas o menos 3 minutos por un lado y 2 minutos después de darles la vuelta.
Tampoco conviene meter demasiados juntos en la sartén porque baja demasiado la temperatura del aceite y además podrían pegarse unos a otros.
Pues eso, vamos friéndolos y dejando que expulsen el exceso de aceite sobre papel de cocina.
Para que no se enfríen mientras los hacemos, podemos ir conservándolos en el horno, calentado a 100 º C, hasta que los tengamos todos.
Adornamos nuestra fuente de arbolitos con unos canónigos o unos brotes verdes, la llevamos a la mesa antes de que se enfríen y al ataque!.