Al parecer el senhor Braz, tavernero del Barrio Alto de Lisboa, juntó unas sobras de bacalao de otro plato con unas patatas fritas y unos huevos, dando origen a este famoso revuelto. Estamos pues ante una receta de aprovechamiento, que utiliza los recortes de otras piezas más nobles.
Ingredientes
450 gr de bacalao desalado
300 gr de patatas
1 cebolla grande
4 huevos
2 dientes de ajo
20 olivas negras
2 c/s de perejil picado
Preparación
Pelar y lavar las patatas, cortarlas tipo paja y dejar en remojo en agua fría.
Poner el bacalao desalado en una cazuela, cubierto de agua y calentar a fuego medio. Cuando comience a hervir retirar del fuego. Escurrir el bacalao, retirar piel y posibles espinas, finalmente desmenuzar y reservar.
Escurrir las patatas, secarlas con papel de cocina para retirar todo el exceso de agua que podamos y así al freír no nos salpicará el aceite. En una sartén con abundante aceite, freír las patatas. Cuando estén doradas las retiraremos de la sartén y pondremos a escurrir el exceso de aceite sobre papel de cocina.
Limpiar y trocear la cebolla en juliana fina. Poner una sartén amplia en el fuego con el aceite y pochar la cebolla, cuando la cebolla este transparente y blandita, añadir los dos dientes de ajo bien picados, dar un par de vueltas junto con la cebolla y seguidamente añadir las migas de bacalao, saltear un par de minutos y añadir las patatas, remover todo bien para que se mezclen los ingredientes y por último echaremos los huevos.
Remover todo el conjunto hasta que cuaje el huevo. No cuajar en exceso, para que no quede seco.
Servir caliente en un plato espolvoreado con perejil y olivas negras.