En Semana Santa el bacalao es el rey, y una de sus compañeras de equipo son las espinacas. El de hoy es un plato básico que vi en una revista, poco calórico, fácil de preparar, y sin calentamientos de cabeza para desalar el bacalao, ya que lleva filetes de bacalao fresco, de fácil compra en pescaderías. De nuevo la materia prima es la protagonista del plato: espinacas, bacalao, cebolleta, zanahoria, vino, caldo de pescado y un AOVE de calidad, como el que hoy os presento, que fue otro de los que se vino de GastroAOVE, Olisierra Gourmet de la S.C.A. Nuestra Señora de la Fuensanta, cuya característica principal es ser muy afrutado.
INGREDIENTES (Para cuatro personas):
800 gr. de filetes de bacalao fresco (si es grande con uno de ellos tendréis suficiente)
2 zanahorias
1 cebolleta
1/4 kg. de espinacas frescas
3 cuchadas de pan rallado
1/2 limón
1 diente de ajo
1/2 vaso de vino blanco
1 cucharada de harina
1 ramita de tomillo
100 ml. de caldo de pescado
3 cucharadas de AOVE
Sal
PREPARACIÓN:
Limpiamos las espinacas, las lavamos y las cocemos en agua con un poco de sal, durante unos 2 o 3 minutos. Retiramos, escurrimos el exceso de agua y dejamos enfriar. Lavamos y pelamos las zanahorias y las cortamos en rodajas. Picamos la cebolleta en cuadraditos. Calentamos en una sartén el AOVE y sofreímos las zanahorias y la cebolleta durante unos cuatro minutos. Añadimos las espinacas, sazonamos, espolvoreamos las cucharada de harina y tostamos durante un minuto. Bañamos con el caldo de pescado hirviendo y cocemos durante 5 minutos. Vertemos la salsa obtenida en una fuente.
Retiramos las espinas del bacalao, lavamos y secamos con papel absorbente éste. Cortamos en trozos medianos y colocamos en la misma fuente donde hemos colocado la salsa, regamos todo con el vino y sazonamos ligeramente. Lavamos el limón, rallamos la mitad de la cáscara y mezclamos con el pan rallado y el ajo rallado.
Espolvoreamos con esta mezcla la superficie de la fuente de horno y cocemos en el horno precalentado a 180º durante unos 15 o 20 minutos. Añadimos el tomillo a la hora de servir.
La suavidad de la crema de espinacas contrasta con la corteza del bacalao, quedando entre estas dos capas el bacalao en su punto. Lo que lo hace un plato ideal para disfrutar del bacalao y de la verdura. Un plato que se puede tener preparado también con antelación, con la comodidad de hornearlo a última hora. En definitiva, otra propuesta más para esta Semana Santa que ya está a la vuelta de la esquina.
Feliz miércoles.
Lidia.