¿Sabes cuál es el origen de los bollos de azafrán? Proceden de Suecia, donde son conocidos como lussekatter y se preparan el día 13 de diciembre para celebrar la festividad de Santa Lucía. Según la tradición, la hija mayor de la familia los servía a los invitados.
Santa Lucía es muy venerada en los países escandinavos, en su honor jóvenes vestidas de blanco cantan canciones portando velas. Dicen que las pasas de este postre simbolizan sus ojos, la santa fue cegada durante su martirio y es la patrona de los ciegos.
Los ingredientes que vamos a necesitar para preparar 12 bollos son:
Para la masa:
1 cucharadita de hebras de azafrán
250 ml de leche caliente
500 g de harina de fuerza
1 paquete de levadura seca granulada
1 cucharadita de sal
50 g de azúcar extrafino
50 g de mantequilla derretida
100 g de queso para untar
Par hornear:
1 yema batida
1 cucharada de leche
24 pasas
Preparación:
Remojamos el azafrán en la leche caliente durante 10 minutos. Mezclamos la harina, la levadura, la sal y el azucar en un bol y hacemos un hueco en el centro.
Vertemos la mantequilla derretida en el bol donde tenemos la leche con el azafrán, añadimos también en el hueco de la mezcla anterior el queso y mezclamos hasta que adquiera consistencia de masa.
Espolvoreamos la superficie de trabajo con un poco de harina y trabajamos la masa hasta que quede suave y elástica.
A continuación, engrasamos un bol con aove y colocamos la masa en su interior. Cubrimos con film transparente untado también con aceite y dejamos subir en un lugar cálido durante 1 hora y 30 minutos o hasta que doble su volumen. En otoño o invierno, cuando hace frío, dejo la masa 30 minutos más, es decir, dejo que suba durante 2 horas.
Untamos las bandejas de horno con mantequilla o forramos con papel de horno. Volvemos a amasar ligeramente la masa sobre una superficie de trabajo enharinada y la dividimos en 12 porciones.
Cogemos una de las porciones y, con la mano, moldeamos en forma de cilindro de unos 20,5 cm de largo, formamos una "S" con una espiral en los extremos o, directamente dos espirales que se giren en sentido contrario. Lo colocamos sobre una de las bandejas de horno. Repetimos la operación con el resto de la masa.
Cubrimos las bandejas con el papel film sin apretar y dejamos reposar unos 30 o 45 minutos más, hasta que vuelva a subir. Si los hago durante los meses más fríos del año, los dejo reposar durante 1 hora.
Precalentamos el horno a 220ºC con calor arriba y abajo.
Mientras esperamos que el horno esté listo, preparamos la mezcla con la que vamos a pintar nuestros bollos. Para ello, cascamos un huevo y separamos la yema de la clara, ponemos la yema en un bol, añadimos la leche y batimos. Esto hará que la cobertura de los bollos adquiera un tono más dorado. Un truco de mi familia francesa.
Y guardamos la clara para otra elaboración, como, por ejemplo, hacer una tortilla o un flan de claras de huevo. En estos casos en los que solo es una clara, las voy guardando en botes y las congelo, y cuando ya tengo las suficientes para hacer el flan, las descongelo.
Pintamos los bollos y colocamos una pasa en el centro de cada espiral, es decir, dos en cada bollo.
Llevamos al horno a una altura media baja y horneamos durante 15 minutos, hasta que adquieran un color dorado.
Sacamos del horno y dejamos enfriar en la bandeja de horno durante unos minutos antes de pasarlos a una rejilla para que se enfríen por completo.
Presentación:
Los podemos colocar en una bandeja o plato de presentación. A mí me gusta colocarlos sobre una cesta de pan como puedes ver en la foto.
Estos bollos se pueden preparar con antelación y congelarse. En ese caso, se deben descongelar con tiempo y recalentarse ligeramente en el horno antes de servir.
¿Qué te parecen estos bollos de azafrán? ¿Cómo los sueles hacer? ¿Sueles celebrar Santa Lucía? En casa se suele celebrar casi todo, así que Santa Lucía también. Y estos dulces no pueden faltar. Son ideales para el desayuno, la merienda o como postre después de la comida o cena acompañados de café, té o infusión.
El azafrán proporciona a estos bollos un atractivo color dorado y el queso para untar aporta un delicioso sabor. Podemos destacar su característica forma de "S" con dos espirales como los cuernos de un carnero que se adornan con unos ojos hechos de pasas.
Bon appétit!