Esta es una forma deliciosa y distinta de comer marisco. Cuando el marisco es fresco, con un hervor y tal vez un chorro de limón, sobran las palabras. Pero desde que vivo en Dinamarca, me encuentro con que el marisco que nos llega es sobre todo congelado. Y de ahí que empezara a inventarme platos sabrosos para reanimar al cangrejo en cuestión y a cualquiera que lo pruebe. De hecho confieso que la salsa quedó tan buena, ¡que rebañamos la sartén con el dedo! Para 2 personas:
450 g de patas con pinza de buey de mar congelado (viene ya hervido)
250-300 ml de leche de coco
1 cebolla morada
1 pimiento rojo
2 tomates de pera maduros
3-4 dientes de ajo
1 chucharadita de jengibre fresco picado
1/2 cucharadita de cilantro en polvo
Sal y pimienta negra
1 cucharada de aceite de oliva
1/2 cucharada de mantequilla
Sugerencia de acompañamiento: 100 g de arroz blanco La preparación:
1. Calentamos a fuego medio-alto el aceite y la mantequilla en una sartén. Una vez calientes, bajamos a fuego lento y rehogamos la cebolla picada, el pimiento picadito también, los tomates en daditos y el ajo y el jengibre picados. Muy importante: Mantenemos la sartén tapada y dejamos pochar durante unos 10-15 minutos.
2 Entonces añadimos la leche de coco a las verduras, salpimentamos y añadimos el cilantro. Subimos el fuego a medio-alto y dejamos que cueza destapado para que reduzca y espese.
3. Mientras la salsa espesa vamos sacando la carne de las patas de buey.
4. Cuando la salsa esté espesa a nuestro gusto probamos de sazón por si hubiera que rectificar. Incorporamos la carne de buey de mar a la sartén y le damos 3-4 minutitos, no más para que no se quede seco.
5. Si vamos acompañarlo de arroz blanco, lo hervimos durante unos 10 minutos, sazonamos y listo.¡Buen provecho!
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Bergua*