¡Quién me lo iba a decir a mí hace unos años! ¿Mi tarta de cumpleaños de calabaza?
Ya os dije que me encantó cuando la probé como relleno de las mini pumpkin pies y que no tardaría en preparar otro dulce con el puré que me sobró. Y creo que no he tardado mucho en darle salida, ¿verdad? Aprovechando que tenía que hacer algún pastel especial con motivo de mi cumpleaños, y que no tenía demasiado tiempo para elaborar una layer cake o similar, opté por un sencillo pastel, que hornearía dentro de un molde de bundt, que siempre queda más bonito y aparente que dentro de un simple molde circular.
Pero no solo se trataba de hacer un pastel bonito, sino también delicioso y jugoso. Y eso lo cumple, con creces, este bundt cake que tenéis ante vuestras pantallas. Gracias al puré de calabaza y a la adición de una generosa cantidad de dátiles, conseguimos un pastel súper húmedo, incluso días después de haberlo horneado.
Y además de puré de calabaza, contiene otro ingrediente desconocido para mí hasta hace bien poquito tiempo: el kéfir de leche. Para mí ha sido uno de los mejores descubrimientos de mi etapa como bloguera. ¿Y qué es el kéfir? Se trata de una combinación de bacterias probióticas y levaduras, que se presenta en forma de nódulos. Existen kéfir de agua, de kombucha y de leche. El que yo he probado, por ahora, es el de leche. Éste fermenta la leche, y transforma la lactosa en ácido láctico, y obtenemos una bebida súper saludable y con unas propiedades muy beneficiosas para nuestro organismo.
Debido a sus características probióticas, resulta ideal para nuestro aparato digestivo; además, para aquellos que, como a mí, no os siente bien la leche, observaréis que el kéfir no os dará esos problemas. A mí la leche me producía gastritis, me sentaba fatal, y empecé a tomarla sin lactosa, y mis problemas desaparecieron. No obstante, como con la fermentación del kéfir, la leche pierde buena parte de la lactosa, he observado que puedo consumirlo sin ningún problema. Me sienta de maravilla, de verdad.
Como os decía, ha sido todo un descubrimiento para mí. De hecho, desde que empecé a hacer fermentaciones con mis gránulos de kéfir, lo consumo a diario. Con cada fermentación mejoran tanto su sabor como su textura.
El haberlo descubierto se lo debo a Kefiralia, una tienda online de productos para elaborar bebida de kéfir en casa. Ofrecen desde kéfir de leche, kéfir de agua y kombucha, hasta fermentos para yogures. Esta empresa se puso en contacto conmigo para que probara sus productos hace unas semanas. Hasta entonces no tenía ni idea de qué era eso del kéfir. Me informé un poquito, y me pareció una colaboración súper interesante. Y no me equivoqué. Desde que comencé con las fermentaciones de mi kéfir, todos los días me bebo medio vasito. Me sienta súper bien.
En fin, que me ha gustado tanto, que no pude evitar sustituir la cantidad de leche de esta receta por kéfir.
Si aún no lo habéis probado, os lo recomiendo encarecidamente.
Bundt cake de calabaza y kéfir, con dátiles y coco:
Receta libremente adaptada de Food To Love
INGREDIENTES
240g de mantequilla, en pomada
165g de azúcar blanquilla
La ralladura de media naranja grandecita
2 huevos L
200g de puré de calabaza
260g de harina
50g de almendra molida
1 y 1/2 cucharaditas de levadura química en polvo
165g de kéfir de leche (si no lo tenéis, podéis poner la misma cantidad de leche entera)
140g de dátiles, sin hueso y troceados
40g de coco rallado
PREPARACIÓN
Precalentamos el horno a 160ºC.
Batimos la mantequilla con el azúcar y la ralladura de naranja hasta que la mantequilla blanquee y esté bien cremosa (durante unos 3 minutos). Añadimos los huevos, de uno en uno. Agregamos el puré de calabaza, y seguimos batiendo.
Tamizamos juntos la harina, la almendra molida y la levadura química, y añadimos la mitad a la preparación anterior. Mezclamos con suavidad, con la ayuda de una espátula. Vertemos el kéfir de leche, y volvemos a mezclar. Terminamos integrando la otra mitad de ingredientes secos tamizados.
Por último, añadimos los dátiles troceados y el coco, y mezclamos suavemente y lo justo para que se repartan por toda la masa.
Vertemos sobre un molde de bundt o similar (previamente engrasado) y horneamos durante, aproximadamente, 50 minutos a 160ºC, o hasta que al introducir un palillo de brocheta, salga limpio.
Dejamos enfriar antes de desmoldar. Una vez frío, elaboramos un glaseado mezclando con unas varillas azúcar glas y un chorrito de leche. Batimos hasta que no queden grumitos, y lo vertemos sobre el pastel. Para terminar, espolvoreamos un poco de coco rallado.
P.D.: Estoy barajando la posibilidad de escribir un post dedicado en exclusiva al cultivo de kéfir en casa, y todo lo que podemos elaborar con él. Creo que os va a gustar. Yo me he aficionado mucho.
¡Un besazo!