Desde hace unos años, en nuestro país, hay una verdadera fiebre bundt. Es consecuencia de una especie de virus gastronómico que procede de Estados Unidos donde apareció a principios del siglo pasado, pero que experimentó una virulencia extraordinaria en la década de los 50 y los 60 cuando al fabricante de utensilios de cocina de la marca Nordic Ware se le ocurrió sustituir los moldes originales de cerámica típicos de Europa Central por unos de aluminio en forma de anillo o corona y con multitud de recovecos. Se los quitaban de las manos. Había nacido, o mejor dicho se había popularizado el bundt cake que hoy conocemos. Una de las características de los bundt cakes es que todos pueden ser distintos en cuanto a su receta y sabor, aunque tienen el denominador común de su forma, que le viene dada por el molde. El bundt cake no deja de ser un bizcocho alto, volcánico, y reconocible al momento.
Como para todo hay un día, alguien estableció que el Día del Bundt sería el 15 de noviembre. Ya sabéis, tenéis tiempo, pues, para ir probando sabores y recetas y de esta forma poder celebrar debidamente tan señalada jornada.
RECETA
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INGREDIENTES
250 g de mantequilla a temperatura ambiente.
250 g de azúcar.
5 huevos a temperatura ambiente.
350 g de harina de trigo.
1 cucharadita de levadura en polvo.
1 cucharadita de bicarbonato.
Una pizca de sal.
1 cucharadita de esencia de vainilla.
100 g de fresas deshidratadas.
200 ml de buttermilk.
Mantequilla o spray especial para untar el molde.
PARA EL GLASEADO
100 g de chocolate blanco de cobertura.
Fresas liofilizadas (opcional).
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PREPARACIÓN
Encender el horno a 180 º.
Cortar las fresas deshidratas y reservar.
Tamizar la harina junto con la levadura, la sal y el bicarbonato sódico.
Batir la mantequilla con el azúcar hasta conseguir una crema blanquecina (con robot, varillas eléctricas o a mano)
Añadir los huevos uno a uno sin dejar de batir; no añadir el siguiente hasta que no esté bien integrado el anterior.
Agregar la esencia de vainilla y mezclar.
Añadir parte de la harina intercalándola con parte del buttermilk o leche agria hasta finalizar con la harina.
Untar el molde con mantequilla o spray y poner parte de la masa en el molde, repartir la mitad de las fresas, añadir el resto de la masa y agregar las fresas restantes.
Poner un paño de cocina sobre la mesa de trabajo y golpear el molde encima para que salgan las posibles burbujas de aire.
Hornear unos 45 o 50 minutos a 180º. Comprobar si está hecho introduciendo una aguja o brocheta, debe salir limpia.
Sacar del horno y dejar sobre una rejilla, pero no desmoldar hasta pasados diez minutos.
Desmoldar sobre la rejilla y dejar enfriar.
Una vez frío, fundir el chocolate al baño María o en microondas en tiempos cortos para que no se queme y una vez disuelto poner sobre el bundt cake. Si adornamos con fresas liofilizadas, echarlas antes de que el chocolate se enfríe para que queden pegadas.