Las aficionadas a la cocina hacemos mezclas de alimentos que son impublicables, no porque no sean buenas sino porque a simple vista no parece que tengan interés alguno para el público.
Seguramente muchas y muchos coincidirán conmigo en que salen platos muy buenos con lo que se va pillando por los rincones de la nevera y despensa. Lo malo es que a veces ya no se pueden repetir porque no recuerdas lo que le has echado. Eso me pasó con un caldo para sopa que elaboré a partir de todo lo que había en el congelador que pudiera hervir... A saber que fue lo que le dio "ese toque" distinto.
Tengo algunas recetas propias, sin nombre ni apellido, que me encantan. Por ejemplo, me gusta saltear en un hilo de aceite de oliva la pechuga de pollo cortada a tacos. Hay que condimentarla bien con sal, hierbas aromáticas y pimienta negra. A continuación, en la misma sartén, hago lo mismo con una manzana ácida con su piel y todo. Bien salteada, a fuego vivo, para que coja el sabor del pollo y todos los condimentos. Suelo acompañar el plato con una ensalada de brotes verdes. El aliño lleva piñones machacados en el mortero, aceite de oliva virgen extra, y unas cucharaditas de vinagre de manzana...
Estaba dándole vueltas a eso, con las pechugas de pollo encima de la tabla de la cocina, cuando me vino a la memoria un paquete de jamón de pato que tenía en la nevera Y como pan rallado nunca me falta, pensé en un rebozado con un relleno de lujo, al que además le queda genial la manzana. Et Voilà. De original no tiene nada pero estos cachopitos están para repetir cien veces.
Ingredientes
Pechuga de pollo
Jamón de pato
Queso Havarti
Manzana
Huevos
Pan rallado grueso
Pimienta negra
Sal
Aceite de oliva suave
Pulid las pechugas retirando tendones y grasa. Haced filetes finos.
Batid los huevos con un poco de sal.
Extender los filetes de pollo y rellenar con el jamón de pato, la manzana pelada cortada muy fina, y el queso a láminas.
Tapad con otro filete.
Mojaros la punta de los dedos con huevo y sellar los bordes de los filetes, acomodándolos para que el relleno no se salga.
Condimentar con sal y pimienta negra de molinillo.
Pasad los filetes de pollo por el huevo y a continuación por el pan rallado. Apretad para que se impregnen bien. Introducirlos en la nevera durante 30 minutos para que se sequen un poco.
Calentad el aceite sin que humee.
Freír los cachopos por ambos lados hasta que los veáis dorados. Escurrir sobre un papel de cocina el aceite sobrante. Servir calientes, aunque se pueden tomar fríos.
¡Qué os aproveche!