No sé si es por ser madrileña, pero de vez en cuando necesito zamparme un buen bocata de calamares.
Muchas veces nos vamos por los aledaños de la Plaza Mayor de Madrid y acompañados de una caña de cerveza bien tirada, nos comemos el tradicional bocadillo.
El otro día, en plena faena de corrección de exámenes por el fin de curso, me daba pereza salir, así que los preparé en casa, compramos una buena barra de pan y disfrutamos de unos generosísimos bocadillos de calamares.
La mayonesa puede que no os entre por los ojos, pero su color es por la tinta de sepia añadida. Sólo aporta ese color, pues no sabe mucho a tinta. En fin, un poco de postureo tampoco está mal, ¿verdad?
Para 4 personas:
300 g de calamares en aros (pueden ser descongelados)
2 huevos
1/2 vaso de cerveza
3 cucharadas de harina
sal
aceite de oliva para freír
Se mezcla en un bol la harina con la cerveza, hasta que no tenga grumos. Se baten los huevos como para tortilla y se añaden a la masa de harina y cerveza. Se mezcla bien y se deja reposar un poco.
Se pone a calentar abundante aceite de oliva en una sartén.
Se rebozan los aros de calamar secos en la masa y se fríen por tandas, sin añadir muchos pues el aceite se enfría, en el aceite bien caliente.
Se escurren sobre papel absorbente y se sirven acompañados de limón.
Los acompañé con un albariño gallego delicioso muuuy frío llamado Xovial.