Una fuente de canelones es sinónimo de fiesta. Antiguamente solían comerse en fechas especiales y los restaurantes con pretensiones los incluían en sus cartas. Todavía ahora, los canelones que se hacen el día de Sant Esteve en Cataluña son toda una tradición. Ahora que tanto se habla de la cocina de aprovechamiento, no está de más recordar que los de Sant Esteve se hacen a partir de las carnes que han sobrado de la comida de Navidad.
Canelones los hay de cien variedades distintas. Todo depende del relleno porque, en realidad, el canelón es una plancha de pasta de forma rectangular que puede rellenarse de carnes, pescados o verduras, y que se enrolla en forma de cilindro que posteriormente se gratinará en el horno. De estas cien y una maneras distintas de preparar este plato nosotras os proponemos hacerlos de espinacas enriquecidos con una morcilla de cebolla y unos piñones que le dan un contrapunto festivo, justo el necesario para convertirlo en una comida de domingo.
RECETA
.
INGREDIENTES
35 placas de canelones.
1 cebolla mediana.
1 morcilla de cebolla.
800 g de espinacas frescas.
50 g de piñones.
Bechamel.
Queso Parmesano.
Sal.
.
PREPARACIÓN
Lavar bien las espinacas, escurrir y trocear. Poner en una cazuela amplia sin añadir nada de agua, pues se harán fácilmente con el agua que sueltan. Añadir un poco de sal. Cuando estén hechas pasar a un colador y reservar.
Picar la cebolla en trocitos muy pequeños. En una sartén echar un chorro de aceite de oliva, cuando esté caliente añadir la cebolla y sofreír a fuego suave.
Quitar la piel de la morcilla y agregar a la sartén junto con los piñones. Rehogar bien.
Incorporar las espinacas y dejar unos minutos más removiéndolo para mezclar los ingredientes. Reservar.
Cocer las placas de canelones siguiendo el tiempo indicado por el fabricante.
Rellenar las placas con la mezcla de las espinacas, la cebolla, la morcilla y los piñones; enrollar y poner en una fuente de horno.
Cubrir con bechamel, espolvorear con queso y gratinar hasta que se doren.