Tenia pasta en casa que quería gastar antes de que llegue Navidad, por otro lado al pasar por la charcutería me llamó la atención un rico gorgonzola y pensé que podía encajar bien com las espinacas que ya tenía. Así que plato en marcha.
Ingredientes
12 placas de canelones500 grs de espinacas baby
100 grs. Gorgonzola
1/2 vaso de crema de leche
50 grs. de piñones
50 grs. de uvas pasas
2 cucharadas de aceite.
Para la bechamel
50 grs. De harina50 grs. de mantequilla
sal, nuez moscada
750 ml de leche
Preparación
En una olla grande ponemos el agua con sal, cuando empiece a hervir añadimos las placas de una en una y con suavidad para que no se rompan y no se peguen unas a otras. Seguimos los minutos de cocción que marca el fabricante. Cuando pasa el tiempo lo pasamos por agua fría y vamos poniendo sobre un paño de algodón, pare recoger el agua sobrante y que no se resequen, para ello los cubrimos con otro paño de algodón.Mientras en una sartén, ponemos el aceite y vamos sofriendo las espinacas, como en crudo ocupan mucho, las he realizado en dos veces.
Mientras en una sarten pequeña a fuego medio he preparado los piñones para que se vayan tostando ligeramente, cuando estén los reservamos y pasamos ligeramente las pasas.
Cuando se han sofrito las espinacas, ponemos en la sarten el queso gorgonzola con la crema de leche para que se deshaga y se integre como una crema. Añadimos las espinacas, los piñones y las pasas, lo mezclamos bien, dejamos unos minutos para integrar sabores y ya podemos preparar los canelones.
Para hacer la bechamel, ponemos la harina con la mantequilla, para que se vaya tostando y empiece a cocerse la harina, añadimos la sal y la nuez moscada rallada. La leche que habremos templado, vamos añadiendo y mezclando hasta que se consigue una crema no muy espesa, si fuera necesaria añadir un poco más de leche poco a poco hasta tener la textura deseada.
Repartimos sobre la pasta el relleno, los cerramos, en la fuente que va a ir al horno en la base ponemos un par de cucharadas de bechamel y encima los canelones. Cuando están colocados los cubrimos con abundante bechamel y queso rallado en abundancia, los ponemos al horno al gratinador y sólo falta que cojan el color que nos guste más.