El pasado verano tuve la dicha de que vinieran a visitarme a mi refugio estival (una aldea pequeñita enclavada en el municipio lucense de Chantada) un grupo de ellos. Días antes estuve planeando con esmero el menú con el que pretendía agasajarlos. Tenía claro que escogería platos de los que admiten preparación anticipada, más que nada para poder pasar con ellos el mayor tiempo posible sin tener que estar demasiado pendiente de los fogones. Así que me puse manos a la obra de víspera y dejé casi a punto el plato principal. Unos deliciosos canelones de marisco en salsa americana, receta que aprendí de mi admirada Carmen Albo en uno de sus cursos de cocina y que paso a explicaros a continuación.
Para elaborarla necesitaréis, (ingredientes para 8 comensales):
32 placas de canelones precocidos
24 langostinos hermosos
carne de vieira (una por comensal)
3 puerros
Y para la salsa americana:
Las cabezas de los langostinos
Salsa de tomate, casera o de bote (unas 10 cucharadas)
3 puerros
3 zanahorias
Medio vaso de brandy
Aceite de oliva, azafrán en hebra y sal
Empezaremos por picar menudito las zanahorias y los puerros, y los sofreímos en una sartén amplia. Cuando estén dorados añadimos las hebras de azafrán y las cabezas de los langostinos.
Rehogamos muy bien hasta que las cabezas de langostinos adquieran un potente color rojo, añadimos el brandy, dejamos evaporar, y agregamos la salsa de tomate. Cubrimos con el agua justa, sazonamos, y dejamos cocer tapado por espacio de una media hora.
Después lo trituramos todo en una batidora potente, pasamos por el pasapurés, y colamos por un chino o colador para eliminar cascarillas y conseguir una salsa fina.
Ya tenemos lista la salsa, vamos a preparar los canelones. Lo primero que haremos será sumergir las placas en agua templada para que se ablanden.
Lavamos, pelamos, y cortamos en rodajas finas el puerro, y lo pochamos en el aceite. Mientras se va haciendo troceamos los langostinos y la carne de vieira. Cuando el puerro está completamente hecho, añadimos el marisco y lo salteamos unos segundos. Salpimentamos. Añadimos un par de cucharadas de la salsa americana para que la mezcla resulte jugosa y reservamos.
Escurrimos sobre un paño seco las placas de los canelones, los rellenamos con la mezcla y los enroscamos. Los vamos colocando en una fuente de horno y los pintamos con aceite. Así los dejé casi listos la noche anterior.
Y ya sólo tendríamos que calentarlos en el horno, y una vez emplatados cubrirlos con la salsa americana bien caliente. Aquí tenéis el resultado final
El menú lo completé con un ajoblanco a modo de entrante, una ensalada de calabacín, unos cherrys glaseados como guarnición, y queso de tetilla con membrillo de postre. Todo ello regado naturalmente con vino de la D.O. Ribeira Sacra. He de decir que el resultado fue altamente satisfactorio teniendo en cuenta que mis invitados eran todos “gente de teatro”, con una innata capacidad para el arte del fingimiento y disimulo. Pero pude comprobar aliviada como más de uno repetía y hasta rebañaba el plato, señal inequívoca de que todo estaba rico y había sido de su agrado
Fue una jornada entrañable en la que pude además hacer de guía para mis amigos y mostrarles la belleza que atesora la Ribeira Sacra chantadina. Estoy segura que repetiremos en breve la experiencia
Click to view slideshow. Esta entrada por supuesto va dedicada a ellos… a mis “Requeixeir@s”, con todo mi cariño y agradecimiento.
Como decía el jurista francés y autor del primer tratado de gastronomía allá por los inicios del S.XIX , Jean Anthelme Brillat-Savarín: “El que recibe a sus amigos y no presta ningún cuidado personal a la comida que ha sido preparada, no merece tener amigos”
“Canelones de marisco para un menú entre amigos” también está disponible en audio en ivoox
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