La repostería siciliana es muy variada y de alta calidad pero, de todos los dulces que nos podemos encontrar en esta maravillosa isla, los cannoli son, seguramente, los más populares, y no es para menos porque son realmente deliciosos. Si los habéis probado, seguramente se hayan quedado grabados en vuestra memoria, si no, buscad cualquier excusa para prepararlos porque merecen mucho la pena.
¿Qué necesito? (para 12 cannoli)
Para la corteza:
125 g de harina
25 g de mantequilla derretida
15 g de vino Marsala
15 g de vinagre blanco
2 cucharadas de azúcar glas
1 cucharada rasa de cacao en polvo
1 huevo
1/4 de cucharadita de canela
Aceite de girasol
Para el relleno:
500 g de queso ricotta
200 g de azúcar glas
50 g de pepitas de chocolate
1 clara de huevo
Naranja confitada para decorar
¿Cómo lo hago?
Antes de nada, recordad que para hacer este dulce necesitamos unos canutillos metálicos que se pueden encontrar en todas partes.
Primero vamos a preparar la masa. En un bol grande ponemos todos los ingredientes secos tamizados y revolvemos. En un segundo momento añadimos el huevo, la mantequilla y por último, mezclados, el vino (si no encontráis vino Marsala podéis usar algún otro vino dulce como Porto) y el vinagre. Amasamos bien hasta obtener una pasta homogénea que debe ser blanda y elástica pero consistente. La envolvemos en papel film y la dejamos reposar en la nevera durante una hora.
Mientras la masa reposa vamos a preparar el relleno. La receta original lleva ricotta fresca de oveja, mucho más sabrosa que la de vaca pero prácticamente imposible de encontrar fuera de Sicilia. Nosotras, por lo tanto, usamos la de vaca envasada. Si sois afortunados y cae en vuestras manos la fresca de oveja, deberíais dejarla escurrir durante una hora más o menos antes de preparar la crema para que pierda todo el ácido. Si usáis la comercial, este paso nos lo podemos saltar y lo que haremos será mezclar bien en un bol la ricotta con el azúcar glas y las pepitas de chocolate y dejar reposar la mezcla en la nevera.
Cuando haya pasado una hora, sacamos de la nevera la masa para la corteza para formar los cannoli.
En una superficie lisa, estiramos con el rodillo la masa hasta que quede muy fina (unos dos milímetro sde alto). Con la ayuda de una forma (de unos 9 cm de diámetro) cortamos la masa.
Cada uno de los círculos resultantes lo vamos a estirar un poco más con el rodillo hasta que tenga forma ovalada.
Rodeamos el canutillo con la masa y pintamos con la clara de huevo por la zona que se va a solapar para sellarla bien.
Ponemos una sartén honda al fuego con aceite abundante y cuando este esté caliente, freímos los cannoli. Recordad que tienen que estar bien hechos para que, al enfriar, la corteza se despegue de los moldes. Una vez fritos los colocamos encima de papel de cocina para que absorba el aceite sobrante y los dejamos enfriar completamente antes de quitar el tubo metálico.
Y eso es todo. Los cannoli se rellenan justo antes de servir para que la corteza no se ablande. Los podemos decorar con azúcar glas y un poco de naranja confitada.